Libros de ayer y hoy
* Economía formal bajo asedio
El asunto no se puede explicar solo por la política ilustrísima de “abrazos no balazos” de la presente administración lopezobradorista, pero sí la manera en que los grupos criminales organizados han ido avanzando en conquistar los espacios de la economía formal. Ahora las empresas pagan sus impuestos, pero además, las cuotas que arbitrariamente imponen a productores del campo en diversos cultivos los grupos del narco en al menos 500 municipios en el país.
La inflación en México también debe de explicarse parcialmente por esa razón: el pago de cuotas que impone bajo amenazas y terror el narco. Y dependiendo de cada región afectada sabemos ahora que hay cuotas para siembra, para riego, para corte o cosecha, para empaque y para transportación.
En el caso de Michoacán estas experiencias ilegales derivan, para el caso de los productores de limón, en una “derrama” de 850 millones de pesos anuales de extorsión que afectan a cinco municipios de los 113 que existen en Michoacán. Detengámonos en esa cifra.
En el país existen formalmente 5 millones 150 mil empresas aproximadamente. Le pregunto a usted, de esas empresas ¿cuántas facturarán al año 850 millones de pesos? Ingresos de 16 millones 346 mil pesos semanales. Convertidos ahora en dólares, esa cifra ofrecería un ingreso de 48 millones 571 mil dólares. ¿Cuántas empresas en México facturarán 2 millones 805 mil 280 pesos diarios descontando en el año los 52 domingos que deberán existir?
Respuesta: un puñado y cada día serán más las que los obtengan bajo el terror de la amenaza del homicidio si no pagan “la cuota” marcada por ellos arbitrariamente y a plena luz del día.
Dos millones 805 mil pesos libres de impuestos por supuesto, ingresos que la criminalidad organizada no reporta al fisco por supuesto pero que tampoco los productores formales pueden deducir.
Y aparte de esto tienen que pagar impuestos por todas las cuotas que impone el narco. En esa condición se cosecha limón en Michoacán, que concentra 70 por ciento del producto que se consume en el país.
Todo ello sin arriesgar un solo peso, sin invertir en fertilizantes, herbicidas o insecticidas, sin la probabilidad de perder dinero si llueve de más o si no llueve, si graniza o hiela, si hay sequía o incendios. Libre de impuestos, como habíamos dicho.
Parte del aumento de 12.7 por ciento experimentado por el precio del mango en el mercado mexicano se explica por las cuotas del narco, como 16.2 por ciento del aumento en el precio de la papaya, y 22.1 por ciento del jitomate. Y viene 2024, año electoral. Puedo apostar desde ahora que será el año con mayor número de asesinatos de candidatos a puestos de elección popular. Quien tendrá la mano para elegir candidatos, antes que el elector por ser mexicano o mexicana, será el narco; determinará quien habrá de gobernar municipios, tesorerías, las áreas de compra, las asignaciones de obra.
El narco no solo imprime cuotas a la economía formal, también impone condiciones a autoridades en los distintos niveles de gobierno. En no pocos casos ya impone retos y se mide de tú a tú con instituciones del Estado.
¿Cómo vamos a exterminar ese cáncer? ¿Tendrá voluntad de hacerlo el equipo político que en los pasados cinco años ha repartido abrazos? ¿Cambiará de perspectiva quien hasta ahora los ha acusado con sus papás y abuelos? México jamás será capaz de salir adelante, crecer, repartir la riqueza con el mejor de los ánimos equitativos y mejorar en el servicio de salud y el de la educación mientras no resolvamos esto que es una vergüenza, una pena, un desastre. La economía formal, asediada por el narco.