Y si gana Kamala la pregunta es: ¿A México le irá mejor?
Voltereta en Edomex?
Vamos a ver qué dicen las siguientes encuestas, pero todo indica que las campañas en el Estado de México tuvieron un previsible ajuste después del debate de la semana anterior y el mano a mano es ahora entre Alfredo del Mazo y Josefina Vázquez Mota.
Aunque los seguidores de López Obrador han trabajado horas extras para minimizar las pruebas que exhiben a algunos miembros de Morena en actos de corrupción y peculado, éstas fueron contundentes.
El único atributo de Delfina Gómez para ser gobernadora en el Estado de México era su honestidad. Cometió peculado y se lo probaron.
Descontó por nómina el diez por ciento a sus empleados del ayuntamiento de Texcoco para entregárselos a su líder Higinio Martínez (también de Morena), y eso es delito. Y también un acto de perfidia política que creíamos desterrado.
Se trataba de su única virtud, pues muy capacitada para gobernar esa entidad, no está.
Morena pierde una bandera que era su carta principal: ellos son honestos y van a combatir la corrupción.
La diputada de ese partido por Las Choapas, y hasta hace unos días candidata a la presidencia municipal, fue exhibida recogiendo dinero para López Obrador y dólares para su campaña.
Y Delfina Gómez admitió que sí había descontado el sueldo de sus trabajadores para darlos a Higinio.
Después vinieron unas excusas que mejor no las hubiera presentado. Dijo que fue por petición de los trabajadores que se les quitaba parte de su sueldo para dárselo a Higinio.
Lo que hizo es un delito que se llama peculado.
Si los trabajadores querían aportar a esa agrupación política, lo pudieron haber hecho directamente. Pero descontarlo por nómina, mediante oficio firmado por la alcaldesa Delfina Gómez, es otra cosa.
Vamos a ver si los buenos oficios de los defensores del líder de ese partido logran su cometido y relativizan los golpes.
Dicen que fue un “montaje”, “una emboscada” y minimizan el hecho por tratarse de “videoescándalos”, a la vez que se vacunan al decir que seguramente “vendrán otros”.
Es decir, la corrupción o el peculado sólo existen cuando los cometen los otros o los denuncian ellos.
Josefina tuvo un muy buen debate. Fue frontal y clara con sus adversarios y dio el golpe que sin duda traerá consecuencias jurídicas y políticas: la usurpación del sueldo de los empleados ordenado por la ahora candidata de Morena.
Lo que ocurrió la semana anterior puede cambiar el escenario mexiquense.
El repunte de Josefina y la exhibida a la candidata de Morena deberían, si hay lógica, poner a la candidata del PAN como la que puede llegar a la final en los comicios del próximo mes.
Del Mazo no se ha caído, se defendió bien y con soltura en el debate, y tendrá que remar a contracorriente en temas como seguridad y el desgaste propio de gobernar.
Y Delfina no pudo contestar al señalamiento grave que se le hizo, porque el delito lo cometió, y tampoco mostró prendas como para gobernar al principal estado del país.
Josefina o Del Mazo. Del Mazo o Josefina. Esa parece ser la final en el Estado de México.