Poder y dinero/Víctor Sánchez Baños
Manlio enfría a Meade
El frío de Manlio Fabio Beltrones al precandidato José Antonio Meade, expresado en una entrevista con el diario El País este lunes, es lo más parecido a un veto.
“Si algo le puede hacer daño al PRI es desdoblarse hacia la derecha, como le sucedió al PRD, que con sus alianzas electorales con sus opuestos, se diluyó y fortaleció a otra opción, Morena… Si el candidato es de carácter conservador, enormemente peligroso y gira a la derecha, el PRI perderá su esencia”.
Eso parece un veto a Meade, que ha trabajado, desde el gabinete, para presidentes del PAN y del PRI.
Lo que dice Beltrones tal vez sea equivocado, pero no puede pasarse por alto. Es una de las figuras más respetadas de ese partido, y no hay muchas (por eso lo entrevistan).
Un choque de trenes al interior del PRI llevaría directo a la Presidencia a López Obrador, y es lo que se quiere evitar a toda costa, dentro de las reglas democráticas.
Beltrones sabe de su ascendencia sobre los priistas y eligió el momento para decirlo: una candidatura del PRI con un guiño a los panistas (cuyo partido se diluye en la ambición de su presidente nacional), es intransitable para los priistas como él.
Quien encarna esa candidatura es José Antonio Meade.
Lo dijimos en este espacio después de la Asamblea que se hizo para Meade: había que destaparlo ya, porque de lo contrario lo iban a destrozar.
Su destape, que no fue destape, podía patear el avispero dentro del PRI.
No se podía aguantar a un predestapado hasta noviembre o diciembre sin que hubiera olas y barruntos de marejada.
Es equivocado el argumento de Manlio para intentar frenar a Meade o a lo que representa, pues si hemos tenido reformas en este siglo y en los 90 ha sido por la confluencia entre PRI y PAN en el Congreso.
Ninguna gran reforma de las que el PRI presume habría sido posible sin los acuerdos con el PAN.
Lo único que se ha sacado con la izquierda fue la reforma fiscal, de la que después los perredistas renegaron y dejaron al PRI solo con la impopularidad que significó.
Pero los párrafos anteriores no tienen ninguna validez, pues lo que importa en este caso es lo que dice Manlio, tenga o no razón.
Beltrones está expresando su oposición a la candidatura “conservadora” del secretario de Hacienda y se pronuncia porque su partido se desdoble “hacia la izquierda”.
¿Qué quiere decir lo anterior? No se lo preguntaron, pero ya habrá tiempo de hacerlo.
Lo que sí queda claro después de esa entrevista es que el PRI profundo le enseñó los dientes al precandidato Meade. Precaución, terreno minado.
Hubo un destape anticipado, sin hacerlo oficial, que ha encontrado la resistencia de alguien que no cuestiona a Peña Nieto ni habla desde el rencor.
Al contrario, dice que “si queremos ganar las elecciones de 2018 lo peor que podemos hacer es negarnos a nosotros mismos y al gobierno que instalamos e hizo posibles las reformas”.
Vamos a ver qué hace el Presidente en los meses que vienen para sostener a la que parecía ser su carta fuerte, Meade, pues una figura clave del priismo ha puesto una suerte de veto al precandidato considerado favorito.
¿Quién desdoblaría al PRI hacia la izquierda como lo pide Beltrones?
Habría que analizar tres posibilidades: Osorio,
Aurelio y Narro.
Sin embargo la pregunta, en esta época complicada para el país y para el partido gobernante, tendría que ser otra: ¿con qué candidato puede ganar el PRI?
Ese es el bueno.