Poder y dinero
La impunidad de la izquierda
Algo tiene la izquierda que hace a sus dirigentes intocables por la mano de la justicia.
Hasta ahora, en México, ser de izquierda es garantía de impunidad.
Muy bien que el Presidente se muestre decidido a combatir la corrupción, bajo la máxima de que “el que la hace la paga”…
Pero hasta ahora el castigo no ha sido parejo.
Están en la cárcel un gobernador del PAN, Guillermo Padrés, y cuatro del PRI, Jesús Reyna, Andrés Granier, Tomás Yarrington y Javier Duarte. Excelente.
¿Y de la izquierda? ¿Todos impolutos? Claro que no.
Los primeros que debieron ser enjuiciados, por la monstruosidad del crimen, son los líderes y gobernantes de la izquierda en Guerrero.
A los jóvenes que fueron a morir a Iguala los mandaron dirigentes de izquierda, los secuestraron sicarios al servicio de un gobierno de izquierda, y el gobierno estatal que debió poner orden también era de izquierda.
Los directivos de la normal rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa y los integrantes del Comité Estudiantil que mandaron a los normalistas a la cueva del lobo en Iguala debieron haber sido detenidos –mínimo- por inducción al delito (robo de autobuses) y sus ligas con el grupo narcotraficante de Los Rojos.
No pasó nada. Eran de izquierda. Y la culpa –en la opinión pública- se la tuvo que comer completa el gobierno federal, por solapar a la izquierda.
En Michoacán el ex gobernador Leonel Godoy dejó una deuda peor que la de Humberto Moreira en Coahuila (38 mil 868 millones de pesos) aunque sin obra pública.
Su hermano Julio César era miembro de la banda criminal de La Tuta y pudo escapar gracias a que dirigentes de la izquierda lo metieron escondido en una camioneta a la Cámara de Diputados para obtener fuero y planear su huida.
Marcelo Ebrard ordenó la construcción de la Línea 12 del Metro y se arrendaron trenes por 18 mil millones de pesos sin licitación pública de por medio. Esos vagones no servían para las vías y hoy funciona parchada.
El propio director el Proyecto Metro, Enrique Horcasitas, hoy inhabilitado, reconoció en carta a la Cámara de Diputados que el tipo de tren “no tiene una configuración adecuada para operar la Línea con costos de mantenimiento usuales y aceptables”.
¿Quién respondió por ese fraude? Unos pocos inhabilitados, mientras los funcionarios del gobierno de Ebrard, que pagaron por trenes inadecuados mediante adjudicación directa, quedaron libres de polvo y paja. Eran de izquierda.
López Obrador lleva todo el sexenio en abierta campaña presidencial y nadie le dice ni le dirá nada. Viola la ley, comete un delito electoral, pero no lo tocan. Es de izquierda.
El mismo AMLO ordenó a sus bases no pagar la luz en Tabasco: hoy esa entidad concentra el 25 por ciento de la cartera vencida de CFE.
¿Quién paga los diez mil 700 millones de pesos que los seguidores de AMLO adeudan a la CFE? El resto de los consumidores de luz. Y si usted no paga su recibo le cortan la energía eléctrica. A ellos no. Son de izquierda.
Los miembros de la CNTE en Oaxaca y en Michoacán roban autobuses cuando les pega la gana y no pasa nada. Las empresas deben asumir el costo del vandalismo.
Asaltan en las carreteras a vehículos particulares para impedir que circulen libremente pues pertenecen a compañías trasnacionales. Queman edificios públicos. Se apropian de las casetas de peaje e incendian autobuses y camiones de carga para bloquear el paso a los demás vehículos.
No pasa nada. Impunidad total. Son de izquierda.
Que sea parejo, ¿no?