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En septiembre los jueces ¿quiénes después?
Martí Batres, presidente del Senado de la República presentó su iniciativa para reformar la fracción tercera del artículo tercero constitucional.
La fracción tercera en cuestión dispone: “…el ingreso al servicio docente y la promoción a cargos con funciones de dirección o de supervisión en la educación básica y media superior que imparta el Estado, se llevarán a cabo mediante concursos de oposición que garanticen la idoneidad de los conocimientos y capacidades que correspondan. La ley reglamentaria fijará los criterios, los términos y condiciones de la evaluación obligatoria para el ingreso, la promoción, el reconocimiento y la permanencia en el servicio profesional con pleno respeto a los derechos constitucionales de los trabajadores de la educación. Serán nulos todos los ingresos y promociones que no sean otorgados conforme a la ley…”
Como se puede ver, si el senador de la República quisiera eliminar la parte que llaman punitiva de la reforma educativa, solo hubiera presentado una iniciativa de reforma a la ley reglamentaria correspondiente, en tanto la fracción se sujeta a lo dispuesto en el artículo 123, en cuanto a “…la permanencia en el servicio profesional con pleno respeto a los derechos constitucionales de los trabajadores de la educación…”.
El coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Mario Delgado, no se queda atrás, al asegurar que no solo va a “… echar abajo la reforma educativa…” sino que “… no va a quedar ni una coma de esa reforma”. (El Financiero. 13.09.18)
Si se tiene prisa por echara abajo la reforma educativa, tanta que ya está planteada la primera reforma constitucional en la materia, por el senador Batres, entonces ¿para qué realizar los foros? Si ya de antemano y antes de conocer las opiniones, puntos de vista y propuestas de quienes hayan participado en los primeros foros y de quienes todavía van a participar en los próximos foros que faltan por llevar a cabo en todo el país, ya se están anticipando hasta reformas constitucionales.
Pareciera existir prisa por tranquilizar a las huestes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), no tanto por construir en serio la Cuarta Transformación, en tanto ésta requiere cocinarse a fuego lento y mucho más allá de un sexenio.
Para empezar, la nueva reforma educativa o la reforma educativa que sustituya a la actual, si de verdad pretende tener otros alcances, profundidad y trascendencia, tendrá que empezar por definir el tipo de mexicano y mexicana que aspiramos a formar y en torno a éste propósito común, destinar toda la estructura de la reforma.
En el segundo párrafo, el artículo tercero constitucional dispone que la Educación en México: “… tenderá a desarrollar armónicamente, todas las facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la Patria, el respeto a los derechos humanos y la conciencia de la solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia.”
¿Tal propósito hasta el presente, no se ha podido cumplir, pues “… es evidente el bajo nivel educativo… los escolares… no comprenden lo que leen… estamos muy lejos de formar estudiantes críticos… competentes… estamos ante un problema estructural… Remontar esta situación… implica… Una profunda reflexión sobre las prácticas educativas… La revisión de los planes de estudio de las instancias encargadas de la formación y actualización de los profesores… uno de los factores de cambio… para lograr una transformación en las prácticas educativas… el… Cambio en la Concepción Docente… modificar las concepciones que tienen los docentes sobre lo que significa “aprender” y “enseñar”… mientras ellos no modifiquen sus concepciones… no será posible remontar el estado actual de la educación. Se podrán aplicar más reformas educativas, el resultado será el que hasta ahora se ha obtenido…” (José Juárez Núñez/Apolonio Juárez Núñez. SaberCiencias de septiembre 2018. La Jornada).
¿Qué dirían Batres y Delgado?, si un día llega alguno de sus hijos llegara a su casa con una tarea o trabajo calificado por su maestro o maestra, con la palabra “aprovado”, como ocurrió con el actual diputado, desde luego por Morena, y líder de la CNTE de Oaxaca, Azael Santiago Chepi, quien festejó el exhorto aprobado por la Cámara de Diputados dirigido a la Secretaría de Educación Pública, para suspender la evaluación docente, al twittear la palabra “aprovación”, en lugar de aprobación.
Si Batres y Delgado tiene prisa, así no habrá Cuarta Transformación que sea posible. Los 30 millones de votos con los que ganó López Obrador, no fueron aportados por la CNTE. ¿Cuántos son realmente de la CNTE? Seguro, menos de 50 mil. Morena tiene mayoría en ambas cámaras federales, ¿sabrán escuchar a la mayoría de las y los mexicanos? Esa mayoría que votó por López Obrador, no quiere ya, que ingresen como maestros, quienes no lo son; que se desempeñen al frente de un salón de clase, sin tener la preparación. Eso que han hecho durante décadas la CNTE y el SNTE, ¿se lama o no?, corrupción. ¿Entonces?