Poder y dinero
CIUDADANOS, PARA CONSTRUIR MÉXICO
Diego Luna, al abrir el Concierto “Amplifica” realizado en días pasados en el Palacio de los Deportes de la ciudad de México, afirmó: “No se trata de reconstruir México, se trata de construir el país en el que queremos vivir” (La Jornada. 3.11.17)
En el mismo concierto, Rubén Albarrán, vocalista de Café Tacvba, gritó: “El futuro somos nosotros, organizándonos y creando un nuevo México” (ibid)
Alejandro González Iñarritu, declaró no creer “que exista otro país con tanta empatía y un corazón tan grande ante la tragedia como el de los mexicanos… si queremos arreglar las cosas de fondo debemos extender nuestra pasión no solo a lo inmediato… responder, ya no con el corazón, si no con la cabeza, hacia las cosas que exigen no euforia, sino constancia, compromiso, rigor y disciplina… se requiere de un terremoto cultural, exigiendo una nación transparente, libre de corrupción e impunidad (ibid)
Y es que nuestra crisis, no es solo de modelos sociales y políticos, es una crisis de civilización. “Para hacerse cargo de la nueva complejidad, es preciso pensar en términos multidimensionales, es decir, humanistas, saliéndonos del camino de la filosofía racionalista que condujo a sustituir lo real por su simulacro, y el saber por las ideologías” (Alejandro Llano, “El diablo es conservador”. Nuestro Tiempo Nº 427)
Louis Althusser, consideraba a las ideologías como el cemento anquilosante de la sociedad. Consideró que sin “ideología” es cuando aparecen las ideas de los individuos; de los intereses, surgen escenarios prospectivos y así, la historia se mueve.
Como es evidente, la sociedad mexicana demanda a su clase política, ser más responsables, hacer a un lado la verborrea demagógica, hacer más cosas por quienes los eligieron y hacer mejores instituciones.
Es momento, a pesar del 2018, de generar entre todas y todos, y desde luego, desde el Instituto Nacional Electoral y demás estructuras de participación ciudadana: derechos humanos, información púbica, contralorías sociales, entre muchas otras más, sinergias que favorezcan la formación de ciudadanas y ciudadanos responsables y respetuosos de la Ley.
Tal tarea no admite dilación alguna, en tanto su urgencia obliga a todo México, para que desde las guarderías, jardines de niños, escuelas de educación básica, media superior y superior, empresas, instituciones púbicas y privadas, permee no solo el concepto, sino el ser, la práctica y la vivencia de la ciudadanía.
Hacer que mexicanas y mexicanos seamos “animales políticos”, que vayan expulsando del escenario público a los políticos animales que utilizan el engaño como herramienta electoral.
Las promesas de campaña solo son un bastión más de una red de mentiras que no ha recibido castigo alguno por parte de las instituciones, pero mucho menos, han sido reprobadas por la sociedad.
Reformas van, reformas vienen, pero no hemos logrado construir un nuevo sistema de partidos basado en la representatividad de las diferentes partes de la sociedad.
Urge revisar la naturaleza y los objetivos del sistema de partidos, en tanto hoy todos participan del ejercicio del poder público y por ende se requiere una normativa que los haga ser responsables, en tanto son funcionarios y ejercen también una función pública.
Desde los partidos políticos y desde la sociedad, en cualquiera de sus expresiones sociales y ciudadanas, se tiene que iniciar la limpieza profunda de la corrupción y de la impunidad.
Generar vocaciones de Servicio Público, que encabecen y retomen iniciativas ciudadanas y de grupos sociales y económicos que sean favorables al interés general de la sociedad, en el entendido de que todo lo que favorezca a todas y todos, terminará favoreciendo a cada uno en lo particular.
En esta tarea tienen y deben participar mexicanas y mexicanos de todo el país, pero también quienes viven fuera del país. Desde luego, tienen que participar y ser corresponsables, entidades federativas y municipios, cumpliéndose así realmente el ser República Federal y Democrática.
La calidad de la Democracia que tenemos es responsabilidad de todos. Juntos podemos mejorarla y hacer efectivo el imperio y dominio de la Ley.