Con Xóchitl, EU se mete en el proceso electoral 2024
José Miguel C. Núñez Núñez
Las normalistas de Tlaxcala han aprendido bastante bien, las “lecciones” de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
Si piensan que saquear una tienda y unos transportes de pasajeros, las convierten en “luchadoras sociales” o en “izquierdistas”, no han leído, no han aprendido, peor, se han convertido en delincuentes, aunque no sean aprehendidas ni encarceladas, no por manifestarse, sino por robar y apropiarse de cosas ajenas.
Ya quisiera yo ver, a cualquiera de ellas, que se quedaran con los brazos cruzados, si alguien osare entrar a su casa y se llevara un vehículo o vaciara su refrigerador. Seguramente si no lo enfrentara para evitar el robo, se sentiría con todo el derecho de denunciarlo.
El colmo, pretendieron justificar su proceder, “amparándose” en el artículo 8 de la Carta Magna, que dispone:
“Artículo 8o. Los funcionarios y empleados públicos respetarán el ejercicio del derecho de petición, siempre que ésta se formule por escrito, de manera pacífica y respetuosa; pero en materia política sólo podrán hacer uso de ese derecho los ciudadanos de la República.
A toda petición deberá recaer un acuerdo escrito de la autoridad a quien se haya dirigido, la cual tiene obligación de hacerlo conocer en breve término al peticionario.”
El propio mandato constitucional no avala su proceder, pues establece como requisitos, que la petición se debe realizar “de manera pacífica y respetuosa”.
Nuevamente mal, muy mal, porque van a ser maestras y si fueran a ser jueces, podemos imaginar el tipo de fallos que dictarían.
Todo lo anterior, nos revela la magnitud del problema que tiene México en materia educativa y que impacta negativamente en todos los ámbitos de la vida nacional.
El bajo aprovechamiento escolar y el índice de deserción escolar, son dos debilidades nacionales que a la CNTE y seguramente a buena parte de las normalistas de Tlaxcala, les tiene sin cuidado.
La CNTE y las normalistas de Tlaxcala, sostienen posturas políticas que son propias del siglo pasado. No tienen NADA que aportar a la cuarta Transformación, mucho menos a México y a las nuevas generaciones de mexicanas y mexicanos, que desafortunadamente están y estarán en sus manos.
Lo he apuntado aquí. Si la CNTE tuviera un modelo educativo ya desarrollado y que estuviera dando resultados en sus educandos en el país, otra apreciación se tendría de dicha organización.
La CNTE, tiene los mismos vicios del SNTE, pero además, recargados y sazonados con violencia y acciones que desarticulan la economía, no solo de lo que la CNTE y las normalistas apuntan como monopolios y trasnacionales (parecieran no saber que Oxxo, Bimbo, Femsa-Coca Cola y muchas más, que han sido víctimas de sus atracos, son empresas mexicanas), desarticulan la economía de cientos y miles de pequeños comerciantes y productores que no pueden realizar sus actividades para sobrevivir, al estar bloqueadas las carreteras o no poder llegar a sus trabajos, en el caso también de cientos y miles de trabajadoras, trabajadores y empleados.
Es necesario, desenmascarar a la CNTE y a quienes mueven los movimientos de las normalistas de Tlaxcala, en tanto que muchos ven en esos movimientos, una filiación de izquierda, cuando en realidad no lo son. Los que dirigen las CNTE, son tan negociantes como los del SNTE, con el agravante de que los de la CNTE cobran puntualmente sus quincenas, aunque no den clases.
Es de esperar que la nueva reforma educativa, no sea al gusto de la CNTE. El país no es la CNTE y el país necesita una reforma educativa integral, una revolución educativa para las y los mexicanos del siglo XXI.
Si de verdad va a ver cero tolerancia a la impunidad, es necesario que las empresas afectadas ratifiquen sus denuncias y que la autoridad obligue a pagar los daños y perjuicios causados a ambas empresas. Mínimo.