Libros de ayer y hoy
Diputados locales, diputados federales y senadores de la República, de Morena, me da la impresión de que pretenden corregir el pasado, en lugar de construir el futuro. Al construir el futuro, corrigen y mejoran el pasado, sin darle mayor peso, en tanto lo que interesa más, es cómo queremos construir el México de los siglos XXI y XXII.
Sigo esperando que Porfirio Muñoz Ledo, impulse la reforma del Estado mexicano, para dejar de ser presidencialista y transite hacia un sistema semiparlamentario, porque no veo por ningún lado, ni siquiera en la oposición, esa búsqueda de erigir un nuevo arreglo político para las y los mexicanos. Veo, eso sí, muchas trincheras y demasiados muros, de copete, hasta los de Trump.
Rubén Terán Águila, en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, presentó su Iniciativa para reformar el artículo 59 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pretendiendo que solo por una ocasión se reelijan los diputados que busquen ser reelectos. Tal propuesta revela que no existe consenso en cuanto a un orden de prioridades que propicien la transición hacia una cuarta transformación. Esto es, cada legislador presenta iniciativas de reforma o de ley, sin que la iniciativa en cuestión, forme parte de una estrategia, rumbo a la cuarta transformación.
Tales iniciativas al paso del tiempo, terminarán por debilitar el proyecto transformador, siendo que no hay tiempo que perder, pues un periodo legislativo corre como agua y fenece en un abrir y cerrar de ojos. Tal brevedad temporal de los periodos legislativos, constituye todo un reto para los legisladores novatos, en tanto cuando apenas están aprendiendo, su periodo para el que fueron electos, está a punto de concluir.
Ésta es una, entre muchas otras, de las razones por las cuales se consideró necesario y vital para el fortalecimiento de la democracia y la realización efectiva de la República y del federalismo, la reelección de los legisladores. Tanto en el caso de los diputados federales, como en el de los senadores de la República, la Constitución permite su permanencia continua hasta por 12 años, no más.
Permanencia hasta por 12 años, no por decreto, en tanto el legislador que busque ser reelecto, tiene que ganar la elección constitucional una vez más, que implica que los electores, le vuelvan a dar la oportunidad de erigirse como su representante y esa posibilidad no se va a materializar en todos los casos, puesto que no todos o todas, van a contar nuevamente con el voto ciudadano que les favorezca.
Este es precisamente el punto vital para la democracia y la República. La reelección le quita a las burocracias y cúpulas partidistas, el control de las candidaturas, en tanto el legislador que nuevamente obtenga el voto favorable de la ciudadanía, empezará a depender más de la ciudadanía para su permanencia, que de las burocracias y cúpulas partidistas. La reelección de los legisladores, hace que éstos sean efectivamente más representantes de las y los ciudadanos, y menos de los intereses exclusivamente partidistas, o de grupo, o de cúpula.
En el México de los tiempos modernos, es la primera vez que vamos a probar como funciona y qué resultados tendremos con la reelección. Ahora resulta, que sin haber probado en los hechos su efectividad o su impertinencia, alguien pretende abortar el inicio de la despartidización de nuestra democracia y empezar a ser más República.
Cabría esperar que no prospere tal iniciativa, como muchas otras, que ven y van hacia atrás, en lugar de impulsar un salto hacia adelante, para acabar con la corrupción y trabajar a favor de quienes menos tienen.
Quiero ver diputados y senadores que de verdad tengan idea clara de lo que debe ser la cuarta transformación, dediquen sus esfuerzos a cerrar el paso a la impunidad y a generar condiciones económicas que brinden oportunidades de desarrollo y crecimiento económico para generar más ingresos al erario público, en lugar de pretender matar las iniciativas económicas que México requiere para seguir ampliando las inversiones y por ende, las fuentes de empleo. Si no se tiene cuidado en éstas dos acciones, para que sigan creciendo, no va a haber recursos para apoyar a los que menos tienen. En ningún lado del mundo, ni en ninguna época, se ha inventando el dinero para apoyar a los pobres, forzosamente ese dinero es producto de inversiones y de trabajo, los que tienen que ser estimulados, no limitados, mucho menos penados.
En medio de su novatez, ojalá los legisladores pierdan menos el tiempo. México, las y los mexicanos que tienen más necesidades, no merecen más atraso. En materia educativa, cualquier retroceso, será lamentablemente fulminante para México y por generaciones. Insisto: legislar para cerrar el paso a la impunidad y para estimular más inversiones y más empleos.