Avances contra la corrupción
INCLUSIÓN, INVERSIÓN, DEMOCRACIA E INSTITUCIONES
México requiere integrar a todos los actores y entidades económicas, políticas y sociales, escuchando sus demandas y necesidades, para poder alcanzar los objetivos de crecimiento económico, mayor participación social en la toma de decisiones y vertebrar grupos de personas y núcleos de población, que están siendo destino de los apoyos sociales de la administración pública federal, de las administraciones públicas estatales y de los municipios que también desarrollan programas sociales.
Escuchar, es también gobernar.
Al no escuchar a los actores y entidades económicas, políticas y sociales, se pueden estar tomando decisiones que no van a favorecer el desarrollo del país, en tanto, no se estarán suministrando las políticas de gobierno requeridas para poder alcanzar el crecimiento económico del 4%.
Si bien, los apoyos sociales que se están brindando pretenden incrementar el consumo, es necesario realinear todas las acciones de gobierno en sus tres niveles, para que todas apunten en la misma dirección: hacer crecer la economía.
Las contradicciones entre políticas y acciones de gobierno, generan dudas e incertidumbre, provocando desaceleración en el crecimiento de la economía y por lo tanto, dificultará alcanzar el objetivo planteado de crecimiento económico.
“… se requiere una visión incluyente: no se podrá lograr sin integrar las capacidades y necesidades de todos los mexicanos, de todas las regiones y sectores productivos. Abatir la pobreza y precariedad… es un desafío histórico… todos los esfuerzos han colisionado contra el muro –de- la corrupción, la falta de infraestructura, la baja presencia de empresas transformadoras y la usencia de un sistema educativo suficiente y de calidad… Sin la creación de más riqueza no será sostenible una política de mayor gasto social… la inversión es fundamental. Hoy, como proporción del PIB no supera el 21%… se requieren niveles superiores al 30% … (en China es de 45%)… si se quiere que México sea una nación desarrollada… -debe- asumir un férreo compromiso con la inversión productiva”. (Carlos Fernández-Vega. La Jornada. 15.03.19)
Así como tenemos una economía débil, en igual forma ocurre con la democracia.
“… nuestra democracia tiene una base débil y tendremos que hacer un esfuerzo colectivo para consolidarla… necesitamos una oposición real, con líderes fuertes y buena organización, capaz de llegar al poder; solo 38% de los ciudadanos apoya la democracia, 88% dice que el país es gobernado por unos cuantos poderosos… solo 32 % confía en las instituciones electorales (Latinobarómetro 2018). A todo esto habría que sumarle la falta de respeto al Estado de Derecho: la corrupción es una práctica sistematizada por públicos y privados; la impunidad ha llegado a un nivel muy alto, y la justicia civil y penal no otorgan las garantías suficientes a la población. Para lograr una verdadera democracia habrá que consolidar las instituciones… el nuevo gobierno debe lograr mejorías en la vida cotidiana: seguridad, educación, crecimiento económico y disminución en la desigualdad…” (José Agustín Ortíz Pinchetti. La Jornada. 24.02.19)