Libros de ayer y hoy
“Abusar de la memoria es uno de los síntomas del ejercicio autoritario del poder”Diego Petersen “Reescribir” la Historia. “Desaparecer” nombres. “Guardar estatuas”, como ocurrió recientemente con la de Cristóbal Colón.
Acciones todas, llevadas a cabo por “las autoridades de la ciudad de México”. México y su Historia, están por encima de pretensiones políticas aún no definidas. Existen tantos problemas y la gente tiene tantas necesidades en estos momentos, que inquieta el que las “autoridades” estén “tan ocupadas” en el pasado.
En lugar de estar haciendo cosas para asegurar un mejor futuro para las y los mexicanos, en particular los más pobres. 2021. Año súper electoral, al que se pretende sazonar con tres celebraciones: 700 años de la fundación de México-Tenochtitlan y 500 años de su caída o conquista y 200 años de la consumación de la Independencia.
El primer evento, no ocurrió en 1321: la fundación de Tenochtitlan. Si finalmente se celebra el próximo año, se estará dando lugar a un nuevo mito histórico, como otros tantos que ya tenemos. Cualquier cosa que suceda en torno a estos eventos conmemorativos, deseo que haya quien los reoriente hacia celebraciones de Unidad. En tanto si se pretende seguir abriendo brechas entre mexicanas y mexicanos, entre gobernantes y gobernados y entre los mismos gobernados, nada de esas brechas, abonarán a un mejor futuro.
La Historia es pasado y es raíz, es memoria, es referente que nutre el conocimiento para aprender de ese pasado que nos debe disponer a preparar, diseñar y construir un mejor futuro.
Construir el mejor futuro para mexicanas y mexicanos en estos momentos, es algo que falta por hacer, por ocuparnos, por construir y atender con urgencia, cuanto más en medio de una pandemia y de una desaceleración económica agravada, sí por la pandemia, pero no iniciada en el caso de México por ella, en tanto en 2019, era evidente la caída y la zozobra económica en México.
Qué vemos en 2020: “Muerte, enfermedad y desempleo… pero poco parece importar. Nuestra cotidianidad caótica, confusa, lo ejemplifica; ahí están las luchas campales… sobre nuestras “excelencias” en la doble campaña contra el virus… Todo tiende a banalizarse… lo insoslayable es la cruda dependencia del empleo respecto del nivel de vida, del consumo… del bienestar… empobrecimiento masivo que… sigue… Éste… es… el registro de un fenómeno actual, inmediato y contagioso.
Junto con la incertidumbre, la expectativa no a la baja sino hacia abajo cunde en todo tipo de estratos y la pasividad gubernamental, en los hechos de la política y los recursos, contribuye a ello…” (Rolando Cordera Campos. La Jornada. 15.10.2020) ¿Porqué y para qué pedir al Vaticano, a España, qué se disculpen? En todo caso, hoy México no solo reclama una disculpa pública, reclama acciones inmediatas para resolver sus carencias y necesidades en materia de salud, educación y empleo.
Se retiró la estatua de Cristóbal Colón, ¿por todo su significado de oprobio que representa? Si pretendemos ser congruentes, no se debería celebrar en 2021, o en el año que corresponda históricamente, la fundación de Tenochtitlan, en tanto significó para el resto de los pueblos de Mesoamérica: guerra, muerte, destrucción, conquista, sometimiento y vasallaje. Solo para precisar, el próximo año efectivamente se cumplirán 200 años de que se firmó y consumó la Independencia. Cualquiera puede consultar los documentos de ese hecho histórico.
Se firmó la independencia de Nueva España. De México, no. México estaba apenas por nacer. Cordera Campos, remata: “La historiadora Barbara Tuchman sostenía que la locura en la historia es diferente al error. El nuestro, con perdón de Arthur Koestler, es un periodo de obscuridad a medio día”.