Ráfaga
PARA UN MEJOR FUTURO, MEJOR EDUCACIÓN
La desigualdad e inequidad social son temas recurrentes al referirnos a México.
La Jornada en su edición del 12 de enero de 2018, destaca de la intervención de José Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en el XXV Seminario de Prospectivas Económicas, organizado por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), su señalamiento puntual de que “… después de la crisis de 2008-2009, la totalidad de las economías desarrolladas registran tasas positivas de crecimiento y en las… economías emergentes –donde se clasifica México- hay avances… Sin embargo… el crecimiento es disparejo en cuanto a sus beneficios…”
Explicó Gurría que mientras en las economías desarrolladas, el ingreso de la décima parte más rica es 10 veces superior al mismo porcentaje más pobre, en México, la diferencia de ingresos entre el diez por ciento de los hogares más ricos y el de los más pobres, es de 20 veces, “una desigualdad que es el doble del promedio de la OCDE” (ibid)
La anterior referencia me da la oportunidad de insistir en un tema, que también es recurrente en México, pero que desafortunadamente, por lo menos a nivel de opinión pública, pareciera no haber acuerdo.
En tanto, quienes se oponen a la Reforma Educativa en curso, vigente, no son en los hechos, un referente del mejor destino educativo para las nuevas y jóvenes generaciones de mexicanos. Como tampoco lo es el sindicalismo “oficial” y que aparentemente apoya a la Reforma Educativa.
Entre paréntesis, déjenme precisar que todos los membretes habidos y por haber, en la órbita del Movimiento de Bases Magisteriales en Tlaxcala y de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) que dicen oponerse a la Reforma Educativa, a querer o no, forman parte también del sindicalismo “oficial”, en tanto se mueven con los recursos económicos aportados obligatoriamente por todas y todos los maestros del país y que se distribuyen a través de las cuentas bancarias del SNTE.
Gozando todos sus dirigentes de una serie de privilegios, permisos y licencias, que al final afectan, afectaron y siguen afectando, el concepto y el valor de la Educación Pública. En este sentido se explica porque un argumento utilizado por los dirigentes de la CNTE para oponerse a la Reforma Educativa, haya sido el de que se oponen a la Reforma, porque privatiza la educación.
Cuando en realidad ellos fueron los que privatizaron la educación pública en México por décadas, dándose el lujo de incumplir mínimamente con el calendario escolar de clases, que si una escuela privada lo hubiera hecho, ese solo hecho, incumplir con el calendario escolar, hubiera sido motivo suficiente para retirarle el registro de incorporación y de reconocimiento oficial de validez de estudios.
No tengo conocimiento de que la CNTE, haya echado a andar un modelo educativo que logre aprendizajes más efectivos entre los estudiantes y que lo enarbole como una bandera de reivindicación, no solo de su “lucha”, sino principalmente de la Educación Pública, que dicen defender.
Me parece más bien, que no han entendido, que la mejor lucha magisterial, debe darse en las aulas de clases, demostrando que la Educación Pública es de mejor calidad que la privada. La señal que han enviado como CNTE, es que no quieren ser evaluados en su desempeño como maestros, ni quieren que se evalúe a sus alumnos.
La evaluación ha permitido precisar tangiblemente dónde y cómo está el nivel de aprendizaje. Lo que de alguna manera se sabía ya, pero no teníamos estadísticas. Se sabía, por la creciente deficiencia en cuestiones tan elementales como la lectura, la escritura, la aritmética y matemáticas, en egresados de Primaria, Secundaria y Bachillerato, siendo patético que hayan egresado y sigan egresando, así.
Lo más grave, para las generaciones que egresan con ese nivel de deficiencias, es que no tendrán posibilidades de desarrollar un proyecto de vida que les permita mejores condiciones de vida. Luego entonces, la CNTE y maestros que no están cumpliendo con su obligación laboral, está condenando a la marginación social y económica y a la pobreza, a miles y millones de mexicanas y mexicanos, por su deficiente nivel educativo.
La CNTE no ha entendido el enorme potencial liberador que tiene una eficaz Educación Pública. Parecieran no conocer lo que promueve Malala y la teoría que desarrolló Paulo Freire. Lo cierto es que México no reducirá la brecha de ingresos que separa el decil más rico del decil más pobre, con el nivel educativo que tenemos como país y peor, con el nivel de aprendizaje.
Por ello, es mejor la Reforma Educativa, es mejor cualquier reforma, que conduzca a la Educación Pública a mejorar el desempeño de los maestros y el aprendizaje de los alumnos.