Pedro Haces, líder de la CATEM
Perdedores y ganadores de la elección del pasado primero de julio, me parece que no están leyendo correctamente el mandato, el mensaje, el apuro, de las y los electores.
Ulises Ruíz, exgobernador de Oaxaca, señaló que “la debacle del PRI inició hace 30 años cuando llegaron los neoliberales al partido” (La Jornada. 12.07.18).
Por su parte, el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, además de externar que la multa aplicada por el Instituto Nacional Electoral (INE) a su partido Morena, “es una vil venganza”, calificó como de “derecha” a los consejeros electorales que aprobaron la sanción a su partido. Señalaré nuevamente lo apuntado la semana pasada en este espacio: Andrés Manuel “debe dejar que las instancias correspondientes resuelvan con entera libertad y conforme a Derecho”.
Tanta alharaca del mismo presidente electo, pareciera querer tender una cortina de humo, para que no veamos la otra cara de la moneda sobre el tema: ¿por qué el INE sanciona apenas, después de la jornada electoral? No debe perderse de vista que el ciudadano presidente del INE, Lorenzo Córdova, es hijo de quien fuera uno de los seguidores más cercanos de Andrés Manuel, Arnaldo Córdova (qepd), por lo que decir que los consejeros electorales lo sancionaron, porque son de “derecha”, resulta insostenible.
Más, cuando el propio Andrés Manuel confiesa en carta dirigida a Trump, que ambos se parecen, al punto que La Jornada, en su editorial del 23 de julio, cabeceó: “AMLO a Trump: misiva cuestionable”. El texto de la editorial, concluye: “… toda comparación con Trump resulta… desfavorable para el comparado”. Andrés Manuel y su equipo, no deben perder de vista, que Trump ya está en campaña, rumbo a su reelección y por eso habla bien de López Obrador, va por el voto de las y los mexicanos, en Estados Unidos.
Como podemos ver, al repasar los dichos del principal triunfador de las elecciones del primero de julio y de los perdedores, en boca del priista, andan en la estratósfera.
El electorado, el primero de julio, claramente votó en contra de la impunidad.
Es patético, por describir de alguna forma nuestra realidad: “… la probabilidad de que un delito se denuncie, investigue y esclarezca, es de 1.14 por ciento…”, como lo señala el Índice Estatal de Desempeño de las Procuradurías y Fiscalías 2018. El mismo Índice refiere que para “denunciar un delito ante el Ministerio Público en el país, hay que esperar, en promedio, 135 minutos”. Raúl Zepeda Lecuona, creador del Índice y director de Jurimetría, expresó que “desempeño de la institución de procuración de justicia es un eje indispensable para revertir la espiral de violencia e impunidad en el país.” (Síntesis. 17.07.18)
Parametría, con base en los datos sociodemográficos de las encuestas de salida, concluyó que fue “la gente de más ingreso y escolaridad” quienes votaron a favor de López Obrador, con “ingresos mayores a 15 mil pesos el 64 por ciento. Es decir, la clase media”. Por ello, la editorial de La Jornada del pasado 16 de julio, concluye: “En Tlaxcala esto significa que los trabajadores al servicio del gobierno federal y del gobierno del estado, como son burócratas, maestros, médicos, enfermeras, y los de organismos públicos, se volcaron a favor de Morena. Es Morena de clase media la que expresa a través del voto su inconformidad. Porque… los espacios públicos y privados han sido invadidos por la violencia y la delincuencia organizada”.
Después de ésta revelación, documentada, evidente y medible, seguro que otros equivocados y desorientados, son los dirigentes de la CNTE, del SNTE y demás membretes extremistas y violentos, si creen que por ellos, ganó Andrés Manuel.
Es de esperar que el presidente electo, baje a la tierra, se quite los guantes, porque la campaña ya terminó; deje de esparcir cuentos, descalificaciones y no termine excluyendo a quienes no piensan como él.
Para la mayoría de las mexicanas y mexicanos, conceptos como neoliberales o derecha, les tienen sin cuidado, lo que verdaderamente les preocupa es vivir, caminar y trasladarse, con seguridad, sin temor a ser asaltados, secuestrados o extorsionados; saber que sus hijas e hijos, no corren peligro, cada vez que están fuera de casa. Por ello ya no se soporta, tanta flagrante impunidad, misma de la que gozan, tantos políticos. Las y los electores, quieren justicia y ley.
¡Es la Impunidad! ¡Estúpidos! En eso hay que ponerse a trabajar, YA.