Libros de ayer y hoy
En un mundo tan interdependiente como resultado de la globalización y de una economía mundial en constante expansión, de lo que parece no darse cuenta el señor Trump, hay tareas pendientes en cuanto a la formación de ciudadanos.
Mao sonríe seguramente, al ver hoy, el mundo al revés: Estados Unidos, pretendiendo cerrar sus fronteras y pretendiendo construir un muro, porque no le alcanza para construir una muralla. En cambio China, es el heraldo de la globalización y del libre comercio.
La referencia anterior, sirva para darnos cuenta de que México no puede ni podrá sustraerse a la dinámica internacional y que el factor de poder ya no reside en una sola persona.
Si los países y México, entre ellos, aspiran a tener mejores gobernantes, mejores gobiernos, tienen que empezar a preparar ciudadanos.
Es decir, personas dispuestas a participar, intervenir y actuar en las decisiones que son necesarias, útiles y beneficiosas para el país, para cada país, y no dejar esas decisiones en manos de una sola persona o solo en una clase de personas, por ejemplo, en el caso de México, en su clase política.
Que al final, esa clase política, fue prohijada por la misma sociedad, consentida y hoy, abominada en todos los frentes y espacios de la sociedad.
Sin embargo tal clase política, no llegó de otro planeta y lo mismo ocurre con quienes se dedican al narcotráfico y a cualquiera de las expresiones de la delincuencia organizada y no organizada. Todas y todos, en un momento dado, fueron hijas e hijos de familia.
Algo pasó ahí, en un momento dado, que dieron lugar a lo que hoy estamos viviendo y que nos escandaliza, pero no hemos empezado a hacer cosas para revertir tal situación.
Hay organizaciones sociales que tienen que revisarse hacia su interior, para alejar de ellas, a los titulares que le están haciendo daño, porque desvirtuaron la naturaleza de dichas organizaciones.
Hay que crear, nuevas organizaciones sociales, a tono con las perspectivas del futuro, mismo que no se trata de algo que aún no vislumbramos, en tanto el futuro hoy, es algo que ya estamos empezando a ver, a vislumbrar, a percibir y por lo tanto, ya se pueden perfilar organizaciones sociales con los valores humanos y sociales que requieren las sociedades y los países para su presente-futuro.
En el primer caso, me refiero a organizaciones sociales que siguen activas, pero que requieren quitarse polvos que las han ensuciado y renovar sus programas y lineamientos, para retomar atractivos que llamen la atención de las nuevas generaciones. Es el caso del Movimiento Scout, Cruz Roja, Alcohólicos Anónimos, entre muchas más. En México también abundan organizaciones que requieren con urgencia una buena sacudida.
Es indudable que la globalización transmutará durante el presente siglo animada por valores humanistas, entre los cuales el de la honestidad y la justicia social, están presentes, a la par de los ecológicos, en tanto los sistemas económicos y los fenómenos climatológicos, no tienen vuelta de hoja. O corregimos, o corregimos.
Lo anterior, no lo va a hacer el señor Trump. Evidentemente.
Lo van a hacer el resto de los países, encabezados por Europa y Asia, a pesar del brexit británico.
Sin duda, en todos los países hay pendientes graves que atender en materia de formación de ciudadanos.
México, no es la excepción.
Por lo cual no se debería dar lugar a pensar y creer, que las soluciones a problemas complejos e históricos, muchos de ellos, una sola persona los va a resolver.