Frente a la guerra
“Yeidckol Polevnsky, presidenta nacional de Morena, aseguró que a pesar de haber funcionarios que no son militantes de ese partido en el nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador, serán críticos y los señalarán cuando no se apeguen a principios de ese instituto político, en especial la lucha contra el neoliberalismo” (político.mx 17.08.18)
Polevnsky, parece más preocupada en luchar contra el neoliberalismo, ya como gobierno, que en dar respuesta a la razón del voto que favoreció al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador: la lucha contra la impunidad.
Como presidenta nacional de Morena, debería estar más atenta en dar seguimiento a lo que van a hacer como gobierno en materia de procuración de justicia, para que el Poder Judicial no sea presa fácil de errores procedimentales que sigan favoreciendo la liberación de criminales y peor, que ni siquiera se dé con los responsables de los ilícitos.
Ya que como asegura Raúl Zepeda Lecuona, creador del Índice Estatal de Desempeño de las Procuradurías y Fiscalías 2018 y director de Jurimetría, el “desempeño de la institución de procuración de justicia es un eje indispensable para revertir la espiral de violencia e impunidad en el país.” (Síntesis. 17.07.18)
Ello, en relación a que “… la probabilidad de que un delito se denuncie, investigue y esclarezca, es de 1.14 por ciento…” como lo reveló la investigación realizada por Jurimetría (ibid)
Polevnsky parece no saber que “Es Morena de clase media la que expresa a través del voto su inconformidad. Porque… los espacios públicos y privados han sido invadidos por la violencia y la delincuencia organizada”, como lee el resultado de la elección presidencial, el periódico La Jornada, según su Editorial del pasado 16 de julio.
Es probable que Polevnsky, no haya puesto atención al mensaje que el propio López Obrador envió al país, al momento de recibir su constancia como presidente electo: “… la gente votó… la mayoría de los… mexicanos están hartos… el pueblo quiere legalidad… Quieren castigo por igual para políticos corruptos y para delincuentes comunes o de cuello blanco”.
López Obrador, por lo menos en su mensaje, está dando a entender que esa es su lectura sobre su triunfo electoral. Lectura que por lo visto, no está siendo interpretada en igual forma o por lo menos, no con la misma fuerza y urgencia que el momento mexicano demanda, por la presidenta de su partido, quien anda en la estratósfera, con esos rollos de la lucha contra el neoliberalismo.
Confieso, que un poco o un mucho me sorprende ese afán antineoliberal de Polevnsky, en tanto ella fue presidenta nacional de la Canacintra (o sea, de la mafia del poder) y desde sus tiempos de presidenta nacional del organismo cúpula de los industriales, ella recibió insistentes demandas de sus agremiados en el país, pidiendo su intervención ante las autoridades, para frenar la ola de robos y asaltos a empresas, a transportes de carga y a los propios trabajadores de las industrias del país y en éstos dos últimos casos también, víctimas de secuestros.
El fenómeno de la inseguridad pública no es nuevo en México, pasa que se agravó por el tema del narcotráfico, de ahí la urgencia por legalizar ya, la producción y venta de algunas de las drogas, cuyo consumo racional y controlado, sea menos dañino que el tabaco, para terminar con la triste canción de que Estados Unidos pone los compradores y México pone los muertos.
Pero retomando el asunto que nos ocupa hoy, deseo que Morena y el presidente Andrés Manuel, cuando sean gobierno, no utilicen subterfugios ideológicos para explicar o justificar sus actos de gobierno, como de ordinario hacen los gobiernos autoritarios.
Porque como ya lo habíamos apuntado aquí, para la mayoría de las mexicanas y mexicanos, conceptos como neoliberalismo o derecha, les tienen sin cuidado, lo que verdaderamente les preocupa es vivir, caminar y trasladarse, con seguridad, sin temor a ser asaltados, secuestrados o extorsionados; saber que sus hijas e hijos, no corren peligro, cada vez que están fuera de casa. Por ello ya no se soporta, tanta flagrante impunidad, misma de la que gozan, tantos políticos. Las y los electores, quieren justicia y ley. Desde luego, también demandan más y mejores empleos. Las madres y padres de familia, demandan mejor educación.
Lo que ya no puede seguir viendo el electorado, la ciudadanía, la sociedad, es que la Ley siga siendo burlada impunemente.
Por lo que nuevamente me veo obligado a insistir: ¡Es la Impunidad! ¡Estúpidos!