Poder y dinero
Todavía no sabemos el impacto que alcanzará la cancelación de la obra del aeropuerto en Texcoco y nuevamente, ahora por la vía de Ricardo Monreal, coordinador de la bancada morenista, los mercados accionarios y el propio peso mexicano, cayeron nuevamente como reacción al anuncio de que se prohibirán las comisiones bancarias. En el caso del mercado bursátil, éste tuvo la peor caída de los últimos siete años.
La iniciativa, podrá tener las mejores intenciones, sin embargo no olvidar que también el camino al infierno está lleno de las mejores intenciones y promesas. Es una iniciativa que “todo mundo” aplaudirá, en tanto todo lo que sea no pagar y de ser posible que sea gratuito, desde luego que será bien visto.
La realidad es que los bancos, como cualquier empresa, buscan obtener beneficios que aseguren la rentabilidad de su servicio. El sector público también realiza cobros extras por retraso en el pago de algún derecho o servicio y en muchos casos, el monto de los recargos supera por mucho, el monto del pago ordinario. ¿También los prohibirán?
De suyo los bancos han dejado de cobrar muchas otras comisiones. Lo que tiene que ocurrir, ahora con el uso de las tecnologías, es que las comisiones tienen que ser menores y eso si puede ser objeto de acuerdo con los bancos.
El error legislativo que hay que evitar ahora, es que el Congreso federal pretenda establecer un monto por cada servicio, porque entonces vamos a salir perdiendo todos. Dejaría de haber competencia interbancaria dentro del territorio nacional.
Desincentivar la competencia bancaria, provocará que más tarde, se vayan cerrando los accesos a la bancarización, cuando precisamente apenas estamos iniciando dicha transición y retrocederíamos a la mediocridad bancaria dentro del territorio nacional, fomentando que muchas operaciones se tengan que realizar con bancos asentados fuera del país, como ya ocurre en operaciones de mayor envergadura.
Senador Monreal, ¿para qué intentar componer, lo que está funcionando bien? Que hay que estimular que mejore, sí, pero no con medidas restrictivas.
Que haya que empezar a bajar las comisiones bancarias, sí. En todo caso, habría que ampliar aún más la difusión comparativa de las comisiones que cada banco cobra por sus servicios, para que así las y los usuarios puedan elegir el servicio bancario que más les convenga.
Lo paradójico en el caso del senador Monreal, es que primero anuncia el golpe que va a dar y luego dice que va a escuchar a quienes representan a los bancos, cuando el proceso y la técnica legislativa indican precisamente que tenía que haber sido al revés: primero hacerse de toda la información y escuchar a las partes interesadas, luego entonces, presentar la iniciativa de ley o de reforma, si fuera el caso.
Ante lo que fue calificado por Enrique Galván Ochoa como “Disparate de Monreal tumba peso y bolsa” (La Jornada. 9.11.18) y por Yeidckol Polevnsky, como “bomberazo” de Monreal. El primero, una de las plumas afines al presidente electo, López Obrador. La segunda, presidenta nacional de Morena. Tuvo que salir al quite, el propio presidente electo, ofreció al sector bancario y financiero no realizar cambios en la legislación que los regula, durante los primeros tres años de su administración.
El solo anuncio del presidente electo, frenó la caída del mercado bursátil y del peso.
En tanto Monreal, hizo antipolítica; el presidente electo, hizo política.
Ojalá Monreal no pierda de vista lo que dijo José Mujica, expresidente de Uruguay: “La antipolítica es aventurerismo o fascismo.” (Citado por Sergio Mota. El Economista. 9.11.18)
Es de esperar, por el bien de las y los mexicanos, parafraseando al propio presidente electo, por el bien de México, primero los pobres, que ya no haya un tercer “resbalón”, por decirlo de alguna manera, en tanto las pérdidas en los mercados bursátiles y las caídas del peso, al final, a quienes afectan más, es precisamente a los pobres, pero en general afectan a todas y todos los mexicanos, ya que la incertidumbre y la falta de confianza pueden frenar posibles inversiones y la única forma en que el país puede ofrecer mejores condiciones de vida a quienes habitamos en él, es que haya más inversiones. El caso es que ojalá haya quedado claro que, con la economía no se juega.