Contexto
Hace unos días, durante la conferencia de prensa matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, se le preguntó sobre si existe una colaboración entre el Estado de Zacatecas con organismos de seguridad de Estados Unidos, como la DEA o el FBI. El primer mandatario respondió que ‘Los Estados no pueden, en ningún caso, celebrar alianza, tratado o coalición con otro Estado ni con las potencias extranjeras.’
Esto fue derivado de una reunión que sostuvo el Gobernador de Zacatecas, David Monreal, con Ken Salazar, Embajador de Estados Unidos en México, además de una serie de versiones periodísticas.
El propio gobernador salió casi de inmediato a señalar que “no hay nada de qué preocuparse, porque no se firmó nada”. Pero en días anteriores el embajador había comentado una estrategia de 4 puntos para hacer frente a la inseguridad y violencia que se vive en Zacatecas.
Si bien Zacatecas no es un estado que tenga frontera con Estados Unidos, debe ser un tema preocupante la violencia que se ha desatado en los últimos tiempos. En días pasados explicó el Secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, que estos conflictos son porque “El estado de Zacatecas tiene una ubicación sumamente estratégica en la cuestión de comunicaciones, es un nudo de comunicaciones, un lugar donde confluyen carreteras que se dirigen a diferentes partes del país, principalmente hacia el norte”
Lo que implica que estos lugares son campo de batalla de los grupos del crimen organizado porque emplean las vías de comunicación para el trasiego de droga. Pero quienes han pagado lo platos rotos de todo este ajuste de fuerzas, son los ciudadanos, quienes han visto como todos los días sus ciudades se llenan de violencia y el terror abarca todas sus actividades.
Aquí es dónde debemos reflexionar ¿qué tendría de malo que existiera una colaboración? Considero que la ganancia sería mucha, porque es un problema que comparten ambos países; aquí se da el trasiego pero es droga que se va a Estados Unidos, que se consume en ese país y que está generando una emergencia sanitaria.
Mientras en nuestro país, se derrama sangre y los poblados están secuestrados por la violencia, y esto detiene toda actividad, no sólo económica, los pueblos se vuelven inhabitables y se genera el fenómeno del desplazamiento forzado, lo cual conlleva nuevos problemas migratorios.
Así que en lugar de condenar una colaboración deberían revisar como facilitarla. Hubiera tenido más mérito que el gobernador Monreal señalara que sí existía una colaboración que lo único que busca es la pacificación de un estado que merece vivir con todo su potencial.
Que se analicen todas las variables, si el gobernador se permitiera trabajar con las agencias de EEUU, primero tiene que limpiar su propia casa, destinarse recursos, enfrentar con inteligencia el problema; y evitar a toda costa, lo que sucedió con Cárdenas Palomino y García Luna. Esto va para todos los estados y autoridades.
El presidente aprovechó para adelantar que el próximo jueves van a participar en Washington los miembros del Gabinete de Seguridad de México con sus homólogos del gobierno de Estados Unidos para tratar asuntos de cooperación en materia de seguridad. Espero por el bien de todos, que vayan sin falsos debates de “soberanía”, que pongan las cartas en la mesa y aprovechen esta reunión que podría definir el futuro que tenemos como país.
Atiendan esta reunión con inteligencia, sacando provecho a cada voluntad, vayan con el “sí” por delante, México se los reconocerá y agradecerá.