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TLAXCALA, Tlax., 6 de febrero de 2017.- En un diálogo abierto y transparente, incluso un tanto inusual, el cual, al parecer, marcará la forma de gobernar del nuevo habitante de la Casa de Gobierno, este lunes Marco Antonio Mena Rodríguez, el actual mandatario estatal de Tlaxcala, abrió las puertas de su residencia del Jardín Botánico de Tizatlán, allá por el rumbo del Antiguo Camino Real, de la capital del estado, para recibir a los 60 presidentes municipales de Tlaxcala.
La reunión sirvió para anunciarles a los alcaldes de Tlaxcala que, en sus cuentas municipales, ya está el depósito de las primeras participaciones de esta administración y de paso, para escuchar los principales problemas a los que se han enfrentado en estos primeros 30 días de su régimen.
El tema común fue el Sindicato de 7 de Mayo y la manera en que los trabajadores de base ahorcan las finanzas de los ayuntamientos, siguió el asunto de la inseguridad que se vive en cada uno de los rincones de Tlaxcala y, de manera reiterada, siguieron las quejas por obras inexistentes o en mal estado en sus localidades y los faltantes que encontraron en sus cuentas públicas.
Y también destacó otro tema que reconocieron, tanto alcaldes como el mandatario, el compromiso de trabajar de manera conjunta, de realizar acciones regionales y de manera conjunta municipios de una misma zona y, en este sentido, ejecutar acciones de infraestructura, seguridad y salud, todos en conjunto con el objetivo de resolver problemas comunes y dar respuesta a los ciudadanos.
Claro que hubo más temas, pero estos fueron lo que más se abordaron en la reunión.
La dinámica de esta reunión fue simple, pero al parecer, por las expresiones y los comentarios ahí vertidos, tanto por el anfitrión como por los visitantes, fue sustanciosa y prometedora.
Marco Mena, el gobernante estatal, abrió el diálogo anunciando a los alcaldes que el recurso por 237 millones de pesos ya estaba en las cuentas de cada una de las presidencias y en el marco de este anunció conminó a los alcaldes a hacer un gasto responsable, los exhortó a entregar buenas cuentas al término de estos cuatro años ocho meses en los que juntos tendrán que gobernar. Ellos en sus municipios y él, Mena, en el gobierno del estado de Tlaxcala.
Y después de eso, con el Secretario de Gobierno, Florentino Domínguez, como moderador, cada uno de los alcaldes tomó el micrófono e hizo saber sus inquietudes.
Algunos se disculparon por no tener el don de la palabra, otros marcaron tendencia al abordar un tema, algunos fueron breves en sus comentarios y no faltó el que se extendió.
Llamó la atención que los alcaldes insistieran en la urgente necesidad, incluso le propusieron al gobernante legislar al respecto, para acabar con las canonjías que a lo largo de los años ha logrado el Sindicato 7 de Mayo.
Incrementos de salario, plazas heredadas, aumento de trabajadores de base al terminar cada sexenio, bonos, permisos con goce de sueldo, trabajadores comisionados y, lo más recurrente, excesivos pagos para cubrir supuestos despidos injustificados, es decir, laudos laborales.
Vendría después la queja por cuestiones de seguridad, se denunciaron patrullas en mal estado, algunos municipios revelaron no contar ni con unidades de seguridad ni con armamento y otros más dieron a conocer datos alarmantes como el robo de autos, la presencia de narcomenudeo y hasta cifras de supuestos secuestro que se registran en sus territorios municipales.
Al final, todos contentos con el ejercicio y quedó el compromiso de resolver y atender cada uno de los temas presentados.
Mandatario y alcaldes se hicieron un reconocimiento mutuo y hasta los reporteros de la fuente reconocieron que, al parecer, estamos ante una nueva forma de gobernar.