Crimen organizado roba cosechas a mano armada, con infiltrados en PGJE: MST

Los municipios afectados son Nanacamilpa, Calpulalpan, Hueyotlipan, San Pablo del Monte, Tequexquitla, Altzayanca y Tlaxco, no existen demandas de campesinos porque reclaman la presencia de infiltrados en la PGJE, dicen.

TLAXCALA, Tlax., 9 de febrero de 2022.- El crimen organizado de huachicol en Tlaxcala se convirtió en roba cosechas a mano armada, que afecta a campesinos de los municipios de Nanacamilpa, Calpulalpan, Hueyotlipan, Ixtacuixtla, San Pablo del Monte, Tequexquitla, Altzayanca y Tlaxco, sostuvo públicamente el representante del Movimiento Social por la Tierra (MST), Diego Lira Carrasco, quien además evidenció que los trabajadores del campo no denuncian estos hechos por temor ante infiltrados en la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).

Los robos a campesinos iniciaron a partir de este gobierno en el mes de diciembre y ha continuado hasta la fecha, afectando no solo el producto de estas cosechas sino incluso con el despojo de las camionetas utilizadas por los jornaleros para sacar las cosechas del campo.

Asimismo, el amago y amenazas se extienden a los jornaleros que participan en la “pizca” de los cultivos de elote, tomate, calabaza, además otras verduras y hortalizas que se cultivan en estos municipios, y en cuanto a los montos y afectaciones, dijo que las cosechas robadas ascienden por unidad a unos 100 mil pesos, y que el producto hurtado en cada una de estas ocasiones es de 350 a 200 arpillas.

Entre los ejemplos citados, mencionó “los atracos a mano armada en el campo se dan a plena luz del día, en los casos de la población de Atotonilco en el municipio de Ixtacuixtla, se ha tenido alrededor de seis atracos en el mes de diciembre en la producción de tomate de cascara”.
Ahí dijo, “llegaron a mano armada con R15 y con AK-47 las llamadas cuerno de chivo y armas cortas para despojarlos de sus cosechas, ya terminada la recolección en el campo llegaban y decían, nos entregan la carga o aquí se los cargó”.

Lo mismo explicó, sucede por las noches o a altas horas entre las dos o tres de la mañana, cuando se hacen presentes para robar hectáreas completas de elote, cuando los campesinos duermen y no se dan cuenta, “incluso atracan también a los productores cuando llevan a vender sus verduras a San Martín Texmelucan, les quitan su carga”, asentó.

Ante estas circunstancias, los campesinos han reducido sus jornadas laborales para evitar ser objeto de los atracos, en cuanto a las denuncias formales ante las autoridades señaló, que los trabajadores del campo no lo hacen porque existen infiltrados dentro de la PGJE en Tlaxcala que da el pitazo a los delincuentes de quien se presenta a denunciar los hechos y ello, pone más en peligro sus vidas e integridad física.

“Poner la denuncia es incluso firmar nuestra sentencia de muerte, porque si uno lo reconocen resulta que el mismo crimen organizado tiene infiltrados dentro de la Procuraduría y les informan a estas personas quien fue la persona que hizo la denuncia, incluso en las denuncias anónimas saben qué persona lo hizo y de dónde salió la llamada, para nosotros nos preocupa esta parte porque ya no podemos estar seguros, preferimos no presentar denuncias”, dijo.

Además, evidenció sobre estos grupos criminales, “como ya no tuvieron forma de sacar huachicol, entonces una forma de abastecer su economía de estos grupos organizados, pues fue ahora robar a campesinos”.

Asimismo, reveló que en los municipios alejados de la capital utilizan el campo para desvalijar unidades robadas, incluso aquellas de uso comercial como camionetas repartidoras de Bimbo, Marinela, “de todo lo que se les atreviese este crimen organizado, las van a dejar y ahí hacen todas estas fechorías, las desvalijan y las van a vender incluso por fierro viejo”.

Finalmente, el dirigente del MST, Diego Lira Carrasco, agregó que esta inseguridad y aumento de la delincuencia afecta de la misma forma los transportistas del servicio público de pasajeros, a quienes les roban sus unidades a mano armada, atracan a sus pasajeros, a sus choferes, mientras que a los campesinos no solo les roban sus cosechas sino también sus unidades como tractores, que son prácticamente el patrimonio de toda una vida y que este fenómeno se ha agravado en este 2021 y 2022.