Día Mundial del Arte: Un homenaje a la creatividad y la expresión
TLAXCALA, Tlax., 17 de junio de 2022.- La historia y tradición de la fiesta taurina en Tlaxcala ha conjurado a lo largo de los años un gran número de escenarios, devotos y representantes, entre ellos José Luis Angelino, matador apizaquense quien, desde 1996, ha destacado como unas de las figuras míticas de esta celebración y que ahora también preside el Instituto Tlaxcalteca de Desarrollo Taurino (ITDT).
En tertulia íntima «Entre lo humano y lo bravío» desde el café y galería independiente La’ Favorite, José Luis Angelino rememoró sus debut como novillero a la temprana edad de 14 años en Huamantla, donde la figura de su padre, el famosísimo banderillero Joaquín Angelino «El Pulques», y la tradición taurina de su familia, han consagrado sus más de 20 años de experiencia en la fiesta brava.
«Así es como inicio: jugando. La primera vez que me puse frente a un animal bravo fue en el rancho de los matadores Olvera. […] Siempre echaban una becerrita pequeña para todos los niños que quisieran meterse al ruedo, y yo sorprendí a mi papá, le dije que quería torear. Tenía como 8 años; no tenía capote, mi primer capote fue un costal. Y me fui de rodillas a ponerme delante de la becerra; saltó, le pegué tres, cuatro lances y me pega mi primera maroma», contó.
Posterior a esos logros de la infancia, Angelino destacó su encuentro con el torero Curro Rivera como un parteaguas en su entonces pequeña trayectoria, pues gracias a sus capacidades fue invitado a estudiar el arte del toreo en San Luis Potosí.
«Dejo mi familia, dejo mis amigos y me voy en busca de mi sueño a San Luis Potosí. Estoy con el maestro por alrededor de ocho meses donde descubro un panorama totalmente diferente al que yo vía todos los días desde que tenía uso de razón de la tauromaquia hasta los 15 años. […] Todas esas experiencias fueron enriquecedoras», comentó.
Asimismo, el matador reflexionó sobre sus múltiples estancias en España y sus presentaciones en arenas estatales y nacionales, mismas que han servido de motor para realizar un aprendizaje continuo y tomar decisiones cruciales que lo han transformado en mejor torero y ser humano, dando como resultado la figura que hoy se conoce en la esfera taurina de todo México.
Sin embargo, y a pesar de su larga trayectoria de éxitos en el ruedo, el torero tlaxcalteca también manifestó la tristeza, la soledad y el desconcierto que le han provocado algunos errores por soberbia en sus alternativas como matador, sin embargo, destacó que su familia, en especial su padre y sus hijos, son el motor de vida que le han permitido soportar esas cornadas al corazón.
Respecto a las controversias relacionadas al tabú de la fiesta brava o su transformación en la entidad, Angelino se mostró paciente y esperanzado por encima de los conflictos en este tema, pues indicó que se han frenado los triunfos de grandes toreros y novilleros locales, llegando incluso a crear famas «de compadrazgo» que no toman en cuenta los méritos de los matadores.
A la charla también asistió el matador Uriel Moreno «El Zapata», quien, entre bromas y deseos fraternales, reconoció la amplia trayectoria y el conocimiento sobre la fiesta taurina del matador tlaxcalteca, defendiendo cómo la tauromaquia ha combatido obstáculos en años recientes por redefinirse como el gran arte y pasión que es desde tiempos inmemoriales.
«Más allá que si es cultura o si sufren (los toros), son miles de personas que vivimos del toro. El llamado es que, en estos tiempos de austeridad, es criminal el que nos prohíban que sigamos llevando el sustento a la casa de todos», sentenció el torero apizaquense.
De igual manera, y acompañando las reflexiones y el amor hacia la fiesta brava, el café La’ Favorite, presidido por su director Carlos Bretón, inauguró su primera exposición temporal a cargo del artista y pintor tlaxcalteca Sergio Bretón, quien expuso un breve número de composiciones pictóricas relacionadas al toro de lidia y a los matadores, en las que destacan los trajes de luces y el dinamismo de las presentaciones taurinas como eje fundamental de esta tradición viva de la cultura de Tlaxcala.