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Ante el asesinato en la víspera de los periodistas Javier Valdez Cárdenas en Sinaloa y de Jonathan Rodríguez Córdova en Jalisco, en atentados de dos hechos distintos, el gobernador de Tlaxcala, Marco Antonio Mena rechazó estos hechos al tiempo que la UPET, se mantiene en silencio sin una postura al respecto.
TLAXCALA, Tlax., 16 de mayo de 2017.- La muerte de los periodistas Javier Valdez Cárdenas, fundador del Semanario “RíoDoce” en Sinaloa y de Jonathan Rodríguez Córdova, reportero de “El Costeño” en Jalisco, en atentados de dos hechos distintos, trajo el rechazo por estos lamentables decesos y violencia contra el gremio periodístico del gobernador del estado de Tlaxcala, Marco Antonio Mena Rodríguez, en tanto no existe hasta el momento una postura al respecto de la Unión de Periodistas del Estado de Tlaxcala (UPET) como protesta, ante las que ya se han visto en la Ciudad de México (CDMX), Culiacán, Guadalajara y Mexicali, entre otras ciudades del país que piden un alto a los homicidios de comunicadores.
Sobre este tema, el mandatario estatal señaló “no solamente en el gobierno debemos rechazar este tipo de actitudes o hechos que son violentos en contra de quienes se dedican a la comunicación”, expuso como llamado generalizado a este repudio.
En tanto reconoció, “los medios juegan un papel esencial en la sociedad para que podamos ser nos solamente una sociedad informada, sino aspirar a ser cada vez más modernos, porque nos hace tener posibilidades de ser una sociedad democrática en el sentido de que hay mayor información y en consecuencia, mayor posibilidad de formar opinión”, indicó.
Y agregó, “entonces el hecho de que haya actos de violencia en contra de comunicadores es inaceptable y sumamente lamentable como el hecho que hemos visto recientemente, tenemos que rechazar y tomar medidas para que no haya impunidad en el caso de violencia contra comunicadores”, acotó.
Asimismo refirió que su gobierno mantendrá una postura de plena libertad al derecho de expresión, de ahí que expuso “sin duda alguna, como gobierno estatal nosotros debemos cuidar que la libertad de expresión no tenga impedimentos, la diferencia de opiniones obra a favor de todos y la pluralidad de pensamientos también nos ayuda a todos, siempre y cuando se dé dentro de la Ley de carácter respetuoso”, indicó.
Ello al destacar también, “el gobierno federal ha sido muy claro al respecto y ha sido muy activo en el caso de tomar las medidas necesarias, como sociedad nosotros debemos condenar estos hechos”, reiteró.
Las pocas voces de rechazo en Tlaxcala…
Sobre estos lamentables hechos, hay que recordar que tan sólo en el mes de marzo en la entidad se movilizaron un grupo de reporteros de distintos medios de comunicación en la entidad ante el deceso de Miroslava Breach Velducea, corresponsal de La Jornada en Chihuahua y de otros asesinatos como en ocurrido en Córdova, Veracruz, en contra del periodista Ricardo Monlui Cabrera.
Pese a ello, al igual que en esta ocasión la UPET en la entidad no ha mostrado una postura formal de rechazo a estos homicidios y se mantiene sin voz.
México el tercero más peligroso para esta profesión
Y es que de acuerdo a las cifras, México es el tercer país más peligroso del mundo para la prensa y este ejercicio periodístico, ello con más de un centenar de profesionales muertos desde el año 2000, según Reporteros Sin Fronteras (RSF), organización internacional de origen francés y quienes ante estos últimos casos han pedido al presidente Enrique Peña Nieto, esclarecer estos hechos.
En tanto, con el asesinato el día de ayer de Javier Valdez Cárdenas, fundador del Semanario “RíoDoce” en Sinaloa y de Jonathan Rodríguez Córdova, reportero de “El Costeño” en Jalisco, son seis los periodistas muertos en México en este año, luego que en el 2016 esta cifra hubiera ascendido a 11 reporteros ejecutados y más de 400 agresiones contra los profesionales de este gremio.
Finalmente, cabe hacer mención que RSF había anunciado en el mes de febrero de este año que México ocupa el tercer lugar en el mundo por asesinato de periodistas, ello detrás de Siria y Afganistán, con 99 comunicadores muertos entre los años 2000 y 2016, que han sido los años con cifras más lamentables por estos asesinatos.