Gobierno de Tlaxcala aportará 354 MDP extraordinarios al sector salud
MORELIA, Mich., 02 de marzo de 2019. – Las actitudes asumidas por algunas personas que derivan en las autolesiones físicas, como quemaduras, son un síntoma de ansiedad o depresión; no hay estadísticas de cuantos mexicanos sufren este padecimiento.
El subdirector del Hospital Psiquiátrico José Torres Orozco, Carlos Alberto Bravo Pantoja, señaló que este mal afecta principalmente a adolescentes y en los primeros años de la etapa adulta, “las conductas autolesivas son derivados, generalmente, de síntomas de ansiedad o depresivos; todas estas conductas, como quemarse, pellizcarse o provocarse dolor activan señales cerebrales que contrarrestan los síntomas de la ansiedad, o al menos así lo hacen creer”, comentó el especialista en psiquiatría.
Con estas actitudes se pretende suplantar un dolor por otro; por ejemplo, dijo Bravo Pantoja “es un poco de me duele una parte del cuerpo, me lastimo la otra”, sin embargo esto debe detectarse a tiempo, porquemás allá de la ansiedad podría estarse escondiéndose intentos suicidas.
La angustia, ansiedad, no tratadas y mitos llevan a adolescentes, jóvenes de entre 12 y 20 años, a estas prácticas, porque se difunde la creencia que con auto infligirse dolor va a quitar esas emociones.
El subdirector aseguró que “no hay estadísticas en México sobre esto; hacen falta. Lo que tenemos son datos generales, que es gente joven los que experimentan estos síntomas de ansiedad y depresión”.
El investigador español Carmelo Ibáñez-Aguirre Universidad del País Vasco, España, en su artículo Claves psicopatológicas de las conductas autoagresivas en la adolescencia,[1]señala que estas formas de agresión son mecanismos fallidos de defensa de los adolescentes, los que en lugar de hacer frente a “eso” que los afecta, se auto infringen dolor para evitarlo.
“En vez de manejarse con cogniciones y comportamientos tendentes a controlar los elementos amenazantes, se revuelven contra sí mismos agrediéndose… Esta errática forma de “autodefensa”, añade que estas actitudes son típicas de aquellos jóvenes que han sido víctimas de violencia sexual o síntoma de vulnerabilidad alta y estrés postraumático.