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A pesar de que las autoridades de Guerrero saben qué grupo criminal es el responsable, no hace nada, “no se ve actuación en ese sentido de detener, parar, la ola de asesinatos. Es un grupo criminal que se denomina la Familia Michoacana y el gobernador ha dicho que es este grupo delincuencial que tiene una disputa por el territorio con Los Tequileros”, dijo Jorge Alberto Martínez.
De acuerdo al portal Grupo Fórmula: Jorge Alberto Martínez, reportero de Quadratín, señaló que fue un grupo de la organización criminal la Familia Michoacana que lo detuvo junto con otro grupo de periodistas que ingresaron a la zona de Tierra Caliente.
“La zona de la Tierra Caliente ha sido desde algunos años desgraciadamente una zona de Guerra entre dos grupos delincuenciales, sabemos por voz del gobernador que es un grupo de la Familia Michoacana la que nos interceptó”.
A pesar de que las autoridades de Guerrero saben qué grupo criminal es el responsable, no hace nada, “no se ve actuación en ese sentido de detener, parar, la ola de asesinatos. Es un grupo criminal que se denomina la Familia Michoacana y el gobernador ha dicho que es este grupo delincuencial que tiene una disputa por el territorio con Los Tequileros”.
Además de que en la zona existe una rebelión de los habitantes, “hay pobladores que están enardecidos”.
En entrevista con Ricardo Rocha, el periodista de Quadratín, junto con otros compañeros periodistas, narró que este fin de semana fueron a realizar una cobertura a la zona de Tierra Caliente.
“Recuerdo bien que en Palos Altos, que ya es zona de Tierra Caliente, Arcelia, había alrededor de unos 50 taxis atravesados, no podíamos entrar. Muy cerca de ahí había un retén militar, recuerdo bien que nos dijo un militar, no entren, es una zona de guerra adentro, les van a quemar su carro, y también nos advirtió que íbamos a salir encuerados.
“Nosotros queríamos información, queríamos cubrir y entramos; caminamos alrededor de unos 10 kilómetros, lo único que dijimos era no separarnos, tratar de estar juntos. Ya adentro es una zona de guerra efectivamente, había carros incendiados, la gente con temor”.
Esto debido a que los pobladores exigían más seguridad y por lo cual se encontraban enardecidos y muy molestos. Regresando a Santo Niño, continuó, la policía venía replegando a la gente y quienes se desquitaba incluso con el grupo de periodistas.
Después de la cobertura, y en posesión de información, fotografías y video, los periodistas llegaron llegamos a Palos Altos a comer, los que pudieron mandar material periodístico lo hicieron.
Al arribar a Acapetlahuaya, alrededor de 100 habitantes tenían troncos, llantas, en medio de la carretera, y los interceptaron; rodearon las dos camionetas en las que viajaban y los bajaron a la fuerza, además de encañonarlos con armas de fuego.
“Nos quitaron los teléfonos, fue lo primero que hicieron, y no opusimos resistencia porque iban armados. Eran jóvenes como de 18 a 20 años y había uno de 10 años aproximadamente que traía una pistola y fue el que se encargó de robarnos todo el equipo para pasarlo a otro carro color rojo”.
Finalmente, detalló que lograron salir del lugar, gracias también, a la presencia de Sergio Campo, corresponsal de La Jornada él dialogaba mucho con los jóvenes y argumentó que solamente iban a trabajar, “queremos llegar a Chilpancingo y no nos vayan a matar, porque llegó un momento en que sentíamos que nos iban a matar, pensamos lo peor. Empecé a rezar.
“Afortunadamente no nos hicieron nada, no nos golpearon. Después dijo, se van a ir en una camioneta y una no la vamos a quedar”.
Antes de darnos la oportunidad de avanzar nos advirtieron, prosiguió, en el siguiente retén militar van a decir que no pasa nada “porque ahí tengo un halcón y si ese halcón me da la información de que ustedes dijeron algo entonces los voy a quemar con todo y carro en el siguiente retén de comunitarios”.