Más infraestructura para seguridad en Huamantla en 100 días de gobierno
Del refranero popular.
1.- “Entre gitanos no se leen las manos”.
2.- “En la casa del jabonero, el que no cae resbala” y…
2.- “De que la perra es brava, hasta a los de casa muerde”.
Y, ahora, los mejores retratos de López Obrador y Manuel Bartlett.
B.- “¡Fraude, fraude, fraude!”.
C.- “¡Voto por voto, casilla por casilla! y
D.- “¡Se debe reponer el proceso, por el gran número de incidencias que alteraron las encuestas!”.
Y es que luego de la revisión de papeletas para seleccionar al candidato presidencial de Morena, Marcelo Ebrard acusó irregularidades y agresiones generalizadas y, por tanto, exigió reponer el proceso.
Claro, mientras que la favorita, la señora Claudia, se asumió como ganadora de la encuesta y prefirió celebrar en corto, una vez que se cumplió lo que todos sabían; que sería beneficiada con “el dedo de Palacio”.
Lo cierto, sin embargo, es que sólo ocurrió lo que tenía que ocurrir.
¿Y qué tenía que ocurrir?
Que, en un partido político de tramposos, con un presidente tramposo, gobernadores tramposos y en medio de políticos tramposos, la selección del sucesor de Palacio no podía terminar más que en una grosera trampa para engatusar a los participantes y, sobre todo, a la sociedad.
Un engaño que siempre estuvo a la vista de todo el que quiso ver y de aquel que estuvo dispuesto a no dejarse engatusar; el “engaño” de una encuesta cuando todos siempre supieron que la preferida era Claudia.
Por lo pronto, frente a los “gritos y sombrerazos” de Marcelo Ebrard, obliga preguntar: ¿Hasta dónde llegará Marcelo? ¿Veremos al mismo político timorato y temeroso que en 2012 y 2018 se dejó manipular por Obrador? ¿Resistirá los primeros jalones de orejas de Palacio? ¿Cuál será la reacción de Palacio? ¿Qué va a responder la señora Claudia?
¿O seremos testigos, por primera ocasión, de que Marcelo se convertirá en un verdadero político, con cabeza y agallas propias?
En el fondo, la verdadera noticia es que el tamaño del fraude cometido en Morena para imponer a Claudia, sólo confirma el tamaño del fraude que ordenará el propio presidente en la presidencial constitucional del 2024.
Es decir, que en el 2024, veremos de todo; desde la caída del sistema, hasta la participación del crimen organizado, un fraude de Estado y, el intento de AMLO por imponer un Maximato que lo empodere indefinidamente.
Y es que, para los intereses de López, la candidata ideal para apuntalar su Maximato es la señora Claudia; una incondicional incapaz de chistar ante la menor exigencia del “jefe máximo”.
A su vez, en el otro extremo, Marcelo Ebrard no sería un “presidente títere” del tamaño de la señora Claudia. Es decir, AMLO sabe que Claudia es la más manipulable, la más dócil y que sería incapaz de una traición.
Por lo demás, se confirma que a lo largo del proceso de sucesión en Morena sólo existió una aspirante real: Claudia. Y el resto no fueron más que utilería para engañar a los idiotas que aún siguen creyendo en López.
La gran pregunta, sin embargo, es la ingenuidad mostrada por Marcelo Ebrard. ¿De verdad Marcelo creyó que el mentiroso Obrador jugaría limpio en la sucesión, cuando en toda su carrera, nunca ha jugado limpio?
La verdad es que esa ingenuidad la advertí en el Itinerario Político del 22 de junio del 2023, titulado: “No se engañen, AMLO señalará a la elegida”.
Aquí un resumen: “En medio de una grotesca violación a todas las reglas electorales, llama la atención la ingenuidad y la candidez mostrada por las “corcholatas” de López, al arranque de las precampañas presidenciales.
“Ingenuidad y candidez que raya en la estulticia, ya que todos los elegidos como potenciales “tapaderas” saben que la adelantada e ilegal campaña presidencial no es más que un burdo montaje “engañabobos”.
“¿Y por qué una estratagema “engañabobos”?
“Porque en los hechos, ninguno de los precandidatos cree la farsa de la encuesta y todos saben que se trata de una patraña diseñada, operada y alentada por Obrador para imponer su voluntad y “legitimar” a su candidata.
“Sin embargo pocos se han percatado del doble engaño que encierra el proceso de selección del candidato presidencial por el partido Morena.
“¿Doble engaño?
“En efecto, la primera patraña es la violación tumultuaria a todas las normas electorales y a la propia Constitución; ilegalidades a las que el propio presidente Obrador empujó a todos los aspirantes presidenciales de su partido.
De manera simultánea, Obrador se encargó de capturar el control absoluto de instituciones electorales, como el INE, el Tribunal Electoral y la Fiscalía de Delitos Electorales.
“De esa manera, López tiene el control total de todas las variables y los imponderables de la contienda interna para elegir al candidato presidencial de Morena, rumbo al 2024. ¿Y para qué quiere el presidente todo el control de los órganos electorales?
“Aquí es donde aparece la segunda patraña preparada por el presidente mexicano rumbo a la presidencial del año venidero.
“Y es que una vez que AMLO capturó el poder absoluto sobre el árbitro electoral, el mismísimo presidente se convertió en el nuevo árbitro, no solo de la contienda al interior de Morena, sino de la elección federal, del 2024.
“De esa manera, López maniobrará lo necesario –a su antojo–, para imponer a su preferida como su potencial sucesor.
“Y si alguno de los participantes se atreve a “salirse del huacal”, el dictador de Palacio tiene a su disposición la doble “guadaña” llamada INE y Tribunal Electoral, con la que serán sancionados y descalificados los potenciales disidentes y aquellos que se atrevan a poner en duda el “dedazo”.
“Así, por ejemplo, frente a la posibilidad de que Marcelo resulte el gran sacrificado, existe la eventualidad de que el ex canciller busque la postulación presidencial por algún partido emergente.
“Frente a tal hipótesis, López Obrador lanzaría toda la furia del INE y del Tribunal Electoral contra Marcelo, al que descalificarían de la contienda con la montaña de pruebas de violaciones a la ley electoral y a la Constitución que les impuso el propio presidente a sus “corcholatas”.
“Por eso y para eso el AMLO convirtió la contienda presidencial de Morena en un pantano de ilegalidades, en donde “el que no cae, resbala”. (Fin de la cita)
Por lo pronto, hasta el cierre de ésta columna, López Obrador sostenía una reunión privada con políticos y dirigentes de Morena para tratar de contener la rebelión que anunció Marcelo Ebrard.
Por eso la pregunta. ¿De nueva cuenta, López Obrador doblará a Marcelo?
Al tiempo.