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MÉRIDA, Yuc., 18 de diciembre de 2020.- Después de una ardua investigación que llevó siete años, los arqueólogos Eduardo Pérez de Heredia y Peter Biró lograron un nuevo y extraordinario descubrimiento en Chichén Itzá: identificar uno de los linajes más antiguos, en el Templo Superior de Jaguares, que corresponde a los Cocom.
El descubrimiento se basó en el estudio de documentos de la colección de Theodore Willard y su correlación con los glifos del también llamado Templo de los Jaguares, donde están representados los guerreros.
Este hecho también abre una nueva puerta al conocimiento de Chichén Itzá y de los antiguos linajes de la nobleza maya prehispánica.
Los 14 personajes que fueron identificados nombre por nombre, coinciden con catorce de los nobles Cocom del documento de Willard, que enlista a 61 de ellos, coincidiendo también en el orden de sucesión.
Los destacados doctores en arqueología, revelaron que los nombres descifrados de los Cocom, en orden de sucesión, son Ek, Ekmay, Akin/Hkin, Kan, Kuh, Dzaay, Hooch/Mooch, Chuh, Chuc, Eedz, Lobech, Zi, Keuel y Mehen.
Su traducción al español significa, en ese mismo orden: Estrella, Mapache, Sacerdote, Serpiente, Diente, Vaso, Dios, Pedernal, Infante, Brasa de Carbón, Algodón, Gusano, Piel de animal e Hijo.
Esta fascinante revelación está documentada en el libro “La Casa Real de Cocom. Una historia de Yucatán”, escrita por Pérez de Heredia y Bíró, el cual fue publicado recientemente en su versión digital y difundido entre la comunidad científica internacional.
La obra se puede consultar y descargar de manera gratuita a través del portal Academia.edu, dando clic aquí. Los documentos Cocom se encuentran actualmente en el Southwest Museum en Pasadena, Estados Unidos, el cual lleva años cerrado y no son accesibles.
Existen temores entre los académicos acerca de su estado de conservación. Estos documentos fueron comprados por Willard a inicios del siglo XX, pero no fueron redescubiertos sino hasta los años 80 por la antropóloga Ruth Gubler.
El Templo Superior de Jaguares o Templo de los Tigres, en cuyos glifos se identificó a los Cocom, fue considerado por John Lloyd Stephens como “quizás la mayor gema del arte aborigen que sobrevive aún en el continente americano”.