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Por la deshonestidad del proceso de ingreso a las ocho escuelas normales michoacanas fuimos vergüenza nacional una vez más en este 2020. Superando las irregularidades que año tras año se suscitaban, en esta ocasión el proceso fue aún más desastroso. Se exhibieron pruebas del desaseo con el que se condujeron aspirantes, estudiantes, consejo estudiantil, la ONOEM, la CNTE, maestros, directivos de las normales y funcionarios de la estructura de la Secretaría de Educación en el Estado, así como todos aquellos integrantes de los comités de transparencia quienes con su silenciosa presencia y su firma incondicional señalaron estar explícitamente de acuerdo en validar un proceso que fue repudiado públicamente por la sociedad michoacana y a escala nacional.
Hubo cientos de incidencias, inconformidades e irregularidades documentadas, ante las cuales se asumió la intención de proclamar una especie de “verdad histórica”, a pesar de que la razón, la lógica y las evidencias apuntaban masivamente en contra del discurso oficialista. Numerosas voces, entre las cuales destacan organismos de la sociedad civil, académicos expertos en estadística, actores legislativos, políticos de oposición y el Comité de participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción se sumaron a los clamores por justicia que elevaron aspirantes, padres de familia y Mexicanos Primero capítulo Michoacán desde un inicio. La narrativa quedó perfectamente relatada en los medios de comunicación estatales y nacionales, recorriendo desde la primera plana hasta rozar las páginas de la nota roja.
Al no haber atraído el tema el Gobernador del Estado, el carpetazo que ha dado la SEE parece gritarles a todos aquellos que deseen ser normalistas que, para la próxima ocasión que deseen ingresar busquen la respuesta en sus carteras o en sus uñas, ya no en su cabeza ni en su esfuerzo.
Increíblemente, las autoridades educativas, hasta en tres oportunidades no pudieron avanzar en transparencia ni en rendición de cuentas. Con su discurso aceptaron abiertamente cargar con el estigma de haber conducido el proceso más corrupto de ingreso a las escuelas normales de la historia de Michoacán. Ante el alud de evidencias optaron por negar lo evidente y por intentar remitir las inconformidades ante el Ministerio Público o ante sus propias instancias de control, donde ó son juez y parte o resultarían improcedentes las denuncias, lo cual no puede ser interpretado sino como una burla rampante que linda en la revictimización para los afectados.
Sin embargo, la protesta e indignación por el corrupto proceso ha amainado, producto de la decepción y el desánimo. Paralelamente, los rumores de las negociaciones entre aspirantes, tanto aceptados como rechazados son estridentes. A pesar de la ineficacia, ilegitimidad e ilegalidad demostradas en el proceso, ya se encuentran realizando inscripciones los planteles normalistas. Los consejos estudiantiles están convocando ya a sus campamentos de inducción, donde se amenaza, somete y se les imbuye ideología a los recién llegados. La autoridad sigue sin reaccionar al respecto.
Será cuestión de dejar pasar unas semanas para compulsar el número e identidad de quienes intentaron ingresar respecto al de los estudiantes reconocidos como inscritos en escuelas normales. Se habla de que en Cherán, Arteaga y normales morelianas habrá un exceso de matrícula respecto al programado inicialmente, lo cual comprometerá el presupuesto -ya de por sí enormemente deficitario de la SEE- en el largo plazo, garantizando la presencia de un boquete financiero hasta por lo menos el año 2065, en caso de no darse un cambio en el estilo de presupuestación estatal. ¿Quién responderá por la violación a la convocatoria, al proceso completo de ingreso y al daño patrimonial que se está realizando desde ahora?
Desde Mexicanos Primero Michoacán, así como en su momento nos dimos a la tarea de denunciar y testimoniar lo acontecido, ahora realizamos propuestas para que el proceso de ingreso a las escuelas normales no se vuelva a repetir en los términos que hoy laceran el derecho a aprender de los aspirantes rechazados por no haber tenido dinero para sobornar a las redes de corrupción, así como amenazan enormemente el respectivo derecho de al menos cuarenta generaciones de estudiantes de escuela pública michoacana a partir del 2024, año en el que egresarán y, con ello prácticamente recibirán a cambio una plaza docente.
Estamos convencidos que, una sociedad educadora es aquella en la que se aprende de los errores, tomadas como experiencias perfectibles que requieren mejores prácticas, sin que ello menoscabe las cuentas pendientes que desde diferentes ámbitos del derecho quede pendiente sobre los responsables de este atropello, ni tampoco se merme el derecho a la reparación del daño que poseen todos los afectados. Teniendo presentes ambos considerandos expuestos anteriormente y habiendo analizado el proceso conjuntamente con diversos afectados es que elaboramos las siguientes propuestas de política pública para mejorar el normalismo michoacano:
Resulta ya insostenible el hecho de que aún, al día de hoy, en materia de tráfico de plazas, espacios de adscripción y de lugares de ingreso a las escuelas normales, Michoacán siga siendo, literalmente, un estado sin ley. Tomar en cuenta las recomendaciones hechas sería sumamente conveniente para lograr una entrega digna del sistema educativo a la próxima administración pública estatal, la cual, en un año, un mes y tres días tomará posesión del cargo. Podrían rectificar notablemente los pasos errabundos que han dado en torno a hacer efectivo el derecho a aprender de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes en la entidad, a la vez que, con ello, los actuales funcionarios demostrarían cómo desean ser recordados. Al tiempo.
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