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ACAPULCO, Gro., 21 de noviembre de 2017.- El comandante del Buque Escuela Cuauhtémoc, Rafael Antonio Lagunes Arteaga rememoró la travesía de 298 días y dijo que el Caballero de los Mares enfrentó tormentas de nieve y la furia del viento, navegó por los tres océanos más extensos del mundo, recorrió 30 mil 740 millas náuticas y atravesó la barrera cultural de Occidente y Oriente.
Durante su discurso en el evento protocolario por el arribo del Cuauhtémoc después de nueve meses de travesía, el comandante resaltó el espíritu marinero de los cadetes y oficiales, quienes se enfrentaron a diversas condiciones climatológicas y geográficas y ofrecieron un mensaje de paz y buena voluntad.
Recordó: “Lugares con gran tradición marinera que fueron testigos de grandes hazañas, tal es el caso del Puerto de Palos en Huelva España, lugar donde Cristóbal Colón zarpara para llevar a cabo la travesía más importante de su vida. Tuvimos además la oportunidad de visitar latitudes que fueron testigos de culturas milenarias, como la isla griega de Creta, cuya historia da sentido a nuestra cultura occidental, al transitar por el canal de Suez cruzamos la barrera cultural entre occidente y oriente, adentrándonos en el Mar Rojo, en el Golfo de Guinea en África para navegar en el océano Índico en todo el estrecho de Malaca”.
Agregó que como lo hiciera Andrés de Urdaneta en el siglo 17, “navegamos por la zona de mayor táctico marítimo en el archipiélago de Hawaii donde nos compenetramos con la historia de la Segunda Guerra Mundial en el centro de operaciones del Pacífico. Finalmente continuamos la navegación para llegar a las costas californianas, el ultimo puerto en el extranjero, en el que nos sumamos en las celebraciones con motivo del año de México en Los Ángeles”.
Rafael Antonio Lagunes explicó que “vivimos grandes esxperiencias” después de cruzar todos los meridianos del planeta, recorrer un total 30 mil 740 millas náuticas, lo cual significa navegar en cinco mil 133 horas, habiendo navegado 17 mil 844 millas náuticas a vela, equivalente a un 60 por ciento de su navegación.
Por otra parte, afirmó que todo el personal de tripulación cumplió con el curso de navegación a vela y maniobra, donde la mar se encargó de brindar las mejores enseñanzas a través de su “omnipresencia, su majestuosidad, fuerza y contundencia”. Indicó que en algunos casos vivieron las tradiciones y costumbres de otras naciones, así como su cultura, factores que sin duda, dijo, abren sus horizontes.
Es por ello que en los próximos días, “las familias a través de su mirada notarán que estos jóvenes han regresado con una perspectiva diferente, producto de un aprendizaje significativo fruto de una maravillosa y desafiante aventura”. Agradeció a toda su tripulación “brava marinería y queridos cadetes” por acompañarlo a esa expedición que consideró un privilegio y un gran honor estar al mando de todos ellos, “quedará como huella indeleble en mi corazón.
Gracias por haber formado parte de mi vida y de las grandes enseñanzas que me enseñaron”. Mientras que a los familiares y seres queridos de los cadetes, les reconoció todo su apoyo “incondicional”, ya que dijo, si no fuera por ellos, no sería posible a destacarse en “esta noble misión” de forjar a los futuros comandantes y líderes de la Armada de México.
Sobre la cadete acapulqueña Eva Lidia Nava Guzmán, quien cayó del Buque Escuela Cuauhtémoc en aguas del mar arábigo el pasado junio, tal y como informó Quadratín Guerrero, el comandante expresó que “aquel mar que nos arrebató sea el mismo que la traiga de vuelta a casa”.