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TAPACHULA, Chis., a 06 de noviembre de 2018.- La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) y el Instituto Nacional de Migración (INM) ha procesado un total de 3 mil 230 solicitudes de refugio de migrantes, de las cuatro caravanas que han ingresado a México, y que tres de ellas; actualmente cruzan territorio mexicano rumbo a la frontera con Estados Unidos.
La mayoría de esos migrantes son mujeres, niños, adultos mayores y hombres de diferentes edades; que se encontraban alojados en albergue de la Feria Mesoamericana en esta ciudad; pero el pasado domingo fue cerrado sin aviso.
El pasado domingo, las familias que llegaron a este país en caravanas provenientes de Honduras y El Salvador, pero que también se unieron de Nicaragua y Guatemala; fueron sacados del refugio y comenzaron a deambular por la ciudad, buscando un lugar donde pasar la noche.
Personal del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) inició de forma emergente la reubicación a otros albergues de las personas que se encuentran en alta vulnerabilidad como las mujeres, niños y adultos mayores.
Algunos fueron llevados a refugios controlados por la iglesia católica y otros por organismos no gubernamentales; pero fue insuficiente y ACNUR se vio en la necesidad de alojar en hoteles por espacio de tres días a las familias migrantes, mientras consiguen una vivienda, indicó la gerente regional del área de comunicación para América Latina, María Rubí.
En entrevista, explicó que ACNUR brinda asesoría legal a la población migrante que se ha unido a esos movimientos mixtos, que tienen deseo de mejorar sus condiciones económicas, pero también que vienen huyendo de la violencia.
Explicó, que el procedimiento de las solicitudes de refugio dura 45 días hábiles, pero el trámite puede extenderse hasta 90.
Indicó que entre los grupos de migrantes que solicitaron refugios hay de Nicaragua que son perseguidos políticos, de la comunidad LGTBI de Honduras y El Salvador por discriminación y violencia y jóvenes que son amenazados por pandillas, que rechazaron unirse a ellos.
Migrantes que solicitaron refugio demabulan buscando casa y trabajo
Omar Isaac González, uno de los 3 mil 257 migrantes que entraron en las caravanas y que decidió parar su viaje a Estados Unidos para solicitar refugio en México; deambula por la ciudad con un grupo de 11 hombres y mujeres en busca de una vivienda y trabajo.
El joven ingresó a territorio mexicano el pasado 1 de noviembre, con medio millar de integrantes de la caravana de salvadoreños que decidieron entregarse al Instituto Nacional de Migración y tramitar el refugio.
Cargando una colchoneta y su mochila con algunas prendas, Omar Isaac, junto con sus connacionales descansa bajo la sombra de un árbol.
Refiere que cuentan con algo de dinero en efectivo para rentar una vivienda, pero por su condición de migrante no ha podido alquilar.
“Nuestro plan es conseguir empleo y rentar una casa, pero la gente no quiere porque somos salvadoreños”, explica.
Indica que son personas trabajadoras que saben desempeñar diversas actividades de trabajo como jardinería, mecánica automotriz, reparación de aire acondicionado, albañil y pintor.
Omar Isaac, al igual que el resto de los jóvenes; el INM les otorgó una Constancia Temporal de la Clave Única de Registro de Población para Extranjeros para no ser deportados; así como una constancia para que puedan trabajar.
José Elias Flores Teruel, es otro migrante que tramita la solicitud de refugio, quien junto con su esposa, hermana y sobrino; fueron ubicados en un hotel de la ciudad, pagado por ACNUR, tras el cierre del albergue de la Feria Mesoamericana.
Refiere que el Alto Comisionado para las Naciones Unidas para Refugiados les entregó una tarjeta con dinero en efectivo, donde les harán depósitos de dinero de forma mensual por un lapso de 4 meses. José Elías le fue entregado la CURP para extranjero, la cual tiene validación por seis meses, mientras dura el trámite de refugio.
“Sólo queremos una vida digna, donde nuestros hijos puedan crecer sin violencia; venimos a luchar, a echarle ganas a la vida, que nuestras familias no pasen hambre”, aseveró el migrante.
El acceso al albergue aún se encuentra custodiado por agentes del INM y la olicía municipal de Tapachula; sin permitir el acceso a la prensa.