Militares se enfrenta con grupos armados en Tila; pobladores huyen
Muere el legendario perro guía de montañistas en el Citlaltépetl
TLAXCALA, Tlax., 28 de septiembre de 2017.- Fue en el 2005 cuando nació la leyenda de “Citla” en el Pico de Orizaba, el único cachorro de seis que se quedó a vivir en las alturas cuando el velador cayó enfermo y tuvo que bajar a la ciudad, y desde entonces, aprendió a vivir por su cuenta, reconociendo el lugar, rondando por la pedregosa zona.
“Citla”, como fue nombrado por los montañistas, no solo habitaba el Citlaltépetl escalando con agilidad sus pendientes, sino que ayudaba a los alpinistas cuando estos perdían su rumbo o no encontraban modo de bajar del volcán. Sin embargo, el can fue acusado durante algún tiempo como “peligroso”, esto luego de que, en enero de 2013, se viralizara la información sobre supuestos perros salvajes en el entonces Distrito Federal, caso que no procedió por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), pues se exigía incluso se sacrificara al animal.
Defendido por alpinistas, el caso no procedió y “Citla” continuó siendo dueño de la montaña enfrentándose al sol, las heladas, deslaves, incluso a perros de visitantes cuyos amos ordenaban atacarlo con lo que sumó rasguños y heridas al paso de los años.
Con el paso del tiempo, y al no tener una alimentación adecuada, Citla padeció ceguera debido a la radiación solar; osteoporosis que o llevó a perder algunas piezas dentales y una cardiomiopatía dilatada canina, sin embargo, “Citla” continuó subiendo al Pico cada vez con menor agilidad.
En sus últimos años, “el ángel guardián de la montaña” fue acogido por Hilario Aguilar Aguilar, quien cuidó de él hasta que un tumor en el hígado redujo su salud, pese a varias semanas de lucha, ante el sufrimiento que le causaba el tumor, este jueves “Citla” regresó a su montaña, donde seguirá cuidando a quien visite el Citlaltépetl.
Quedando así en el recuerdo de alpinistas ayudados por el can, animalistas y personas que algún día lo conocieron.