Guerrero, en el sitio 10 nacional de robo de vehículos con violencia
MORELIA, Mich., 4 de noviembre de 2020. – La consigna popular dice que el amor de una madre mexicana por sus hijos no conoce límites, y es posible que así sea; la historia de cinco madres morelianas, desesperadas por mejorar la relación con sus pichones, las llevó a perder hasta la casa en manos de una presunta bruja.
Desde el pasado 7 de agosto comenzó a publicitarse en redes sociales el servicio de “amarres, endulzamientos…”, con la promesa de que no se cobraba “hasta no ver resultados”, los que además se aseguraba que se obtenían en las primeras 72 horas.
Presa de la desesperación por no ver a sus hijos ni poder conocer a sus nietos, porque la abandonaron para irse con su padre y su nueva esposa, Elsa Tapia, una de las víctimas y denunciantes, vendió su casa y entregó 200 mil pesos, a fin de conseguir su sueño: ¡volver a ser y vivir feliz con su familia! Abusando de las creencias religiosas de Elsa, la envolvió la supuesta hechicera, asegurando que la tenían embrujada; “que me tenían enterrada en el panteón”, dijo la víctima, por ello, era necesario, que Sarah, Saraí o Sinaí -nombres que usaba la impostora- hablara con los espíritus y Elsa rindiera una “manda” para ellos.
El sacrificio consistía en dejar por algunos días cierta cantidad de dinero en una franela roja, amarrada de una manera específica, atrás de un cuadro de la Virgen de Guadalupe, ataviado con velas, veladoras, inciensos y toda clase de artilugios que imponía a las víctimas el respeto y hasta miedo.
El tiempo fue pasando y Elsa fue depositando poco a poco más dinero, comenzó con 50 mil y se quedó sin nada. Literalmente sin nada.
Sin dinero, sin casa y sin familia, porque sus hijos y esposo jamás volvieron, ahora debe enfrentar una desafortunada realidad: la alcanzó la tercera edad con solo unos cuantos pesos en la bolsa y una denuncia por fraude en la mano.
Al verse presa del fraude, Elsa denunció y se dio a la tarea de iniciar una investigación exhaustiva para reunir a cuantas víctimas de la supuesta bruja fueran posibles, para que denunciaran y presionar para obtener resultados: la detención de la impostora y de sus hijos.
En la cochera de una casa, en Cerrada de Juan Escutia, colocó una cartulina con las fotos de los presuntos defraudadores, madre e hijos, puso su teléfono y comenzaron a llegar más y más mujeres víctimas, hasta ahora aproximadamente 15.
Pero solo cinco están dispuestas a denunciar y sumar fuerzas para que se detenga a la mujer y parar los fraudes. Las cinco denunciantes tienen algo en común: el amor por sus hijos.
Desesperadas por no encontrar una forma de reconciliarse, recurrieron a la hechicería y perdieron todo o parte de su patrimonio, ahora buscan recuperar el dinero, ya que no pudieron sanar las diferencias con sus hijos.
Además del dinero, les pedía perfumes, que remataran sus casas y llevaran el dinero a “velar” con los espíritus que, insaciables, cada sesión pedían más y más sacrificios porque ¿cuánto valen los hijos? ¿No estaban dispuestas a sacrificar todo por ellos?, las increpaba la hechicera, y ellas con deseos de aceptación, fueron accediendo poco a poco.
La fecha de entrega del dinero velado fue el pasado 23 de octubre, para unas, y el 30 de octubre, para otras, sin embargo, cuando comenzaron a buscar la hora final, el teléfono salía apagado y ya habían abandonado el domicilio que rentaban.
La búsqueda para dar con los extorsionadores apenas ha iniciado y ya tienen hasta el pasaporte de la supuesta Fátima, otra de las identidades de la bruja.
También han identificado que en esa calle hay cámaras de vigilancia, los carros y el origen de las placas; cuentan con hipótesis de su posible origen y sitios donde opera.