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MORELIA, Mich., 25 de noviembre de 2018.- La violencia intrafamiliar no es una causal de divorcio o nulidad del matrimonio contraído bajo la normatividad de la Iglesia Católica, refirió Carlos Garfias Merlos, arzobispo de Morelia.
El jerarca católico explicó que, inclusive en los casos donde se acredite que la mujer es víctima de agresión por parte de su esposo, la institución carece de mecanismos para proceder a la disolución del matrimonio celebrado.
Agregó que el derecho canónico no considera la figura del divorcio. Para declarar nulo un matrimonio católico se requiere demostrar que fue celebrado por un sacerdote no autorizado para imponer este sacramento, que se llevó a cabo en condiciones de presión o coacción sobre uno o ambos cónyuges o que no hubo consumación del matrimonio.
En la mayor parte de los casos, prosiguió Garfias Merlos, la violencia intrafamiliar se produce una vez que se ha celebrado y consumado el matrimonio, lo que impide que la víctima pueda alcanzar una disolución del vínculo ante la Iglesia Católica.
El arzobispo de Morelia manifestó que para apoyar a las mujeres que sufren violencia en sus hogares se cuenta con espacios como los centros de escucha, así como personal especializado que, a través de la Pastoral Social y Familiar, buscan ayudar a la reconciliación de las parejas en un entorno sin violencia.
De no ser esto posible, la Iglesia Católica admite la separación de los cónyuges, sin que estos recobren la capacidad de contraer un nuevo matrimonio, y con la subsistencia de los derechos y las obligaciones inherentes al matrimonio, con la salvedad de los derivados de la convivencia.
Carlos Garfias agregó que no se tienen cifras de las mujeres atendidas en los centros de escucha habilitados por la Arquidiócesis de Morelia por causa de la violencia intrafamiliar.