Se relaja Auditor de ASF con 6 Estados
TAPACHULA, Chis., a 06 de agosto de 2018.- Para trascender más allá de la vida, donando podemos vivir; era el lema del joven Diego Jacob Robledo Mauricio, de 19 años de edad, que con la donación de sus órganos se realizó el primer caso de multitrasplante el pasado miércoles, en seis personas que se encontraban en la lista de espera nacional, además de beneficiar a 250 más al regalar también sus huesos y tejidos.
Diego Jacob se convirtió en el supero héroe que siempre se imaginó, al dar esperanza de vida con la donación de sus órganos; deseo que fue cumplido por sus padres Rodolfo Jacob Robledo Hemkes y Judith Karina Mauricio Escobar al autorizarlo.
Diego Jacob, un chico alegre y cariños como lo describen sus hermanos menores Alan Jehovany y Jonathan Javier; trascendió más allá de la vida y hoy vive en el corazón de un hombre de 41 años de edad, que fue beneficiado con el trasplante, operación que se realizó en el Centro Médico La Raza, donde también se destinaron las corneas.
Sus dos riñones fueron trasplantados en dos menores de escasos recursos económicos, en el Hospital de Especialidades Pediátricas de Tuxtla Gutiérrez, y el hígado dio vida a una persona en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y nutrición Salvador Zubirán.
Desde el Hospital Regional de Alta Especialidades “Ciudad Salud” de esta localidad, médicos capacitados en coordinación con el Centro Estatal de Trasplantes del Estado (CEETRAECH), realizaron la cirugía y extracción de órganos la madrugada del miércoles, para luego ser trasladados bajo protocolos de salud a la Ciudad de México y la capital chiapaneca.
DIEGO JACOB EL SÚPER HÉROE QUE SALVÓ VIDAS CON LA DONACIÓN DE ÓRGANOS
Diego Jacob cumplió la fantasía de ser el súper héroe al salvar seis vidas con la donación de sus órganos y dar esperanza de mejorar la calidad de vida de 250 más al regalar sus huesos y tejidos.
“Era un niño que soñaba, fantaseaba que era un súper héroe; un día nos pregunta que nos gustaría hacer con nuestros órganos después de morir, ahí surge el lema que tenemos como familia: Para trascender más allá de la vida, donando podemos vivir, y fue lo que hizo; de alguna manera sentimos que queda vivo todavía y habrá gente que está muy feliz con lo que hizo”, señala entre lágrimas su padre.
Rodolfo Jacob admite que fue un muy estricto con él, que trataba de enseñarle buenos valores “Hoy, después de fallecido, con su ejemplo me ha demostrado que lo hice bien”.
Su madre Judith Karina, recuerda que su hijo era un chico aficionado al futbol, siendo su equipo favorito el Paris Saint-Germain FC (PSG) y su objetivo era ser un gran cheff.
“Era el mayor de mis hijos, siempre me dijo que me amaba, que era la mejor mamá; amaba a sus hermanos pequeños”, recuerda entre lágrimas.
Alan Jehovany, quien tiene entre sus manos la foto de Diego Jacob, recuerda que su hermano era muy cariñoso.
“Me apoyaba en todo, me decía eres el mejor, haz las cosas bien, sigue estudiando, siéntete orgulloso de nuestros padres”…
Jonathan Javier, señala que su hermano lo cuidaba, no habla más, el llanto ahoga sus palabras.
Para la familia de Diego Jacob, el destino lo hizo llegar a estas tierras para cumplir con la voluntad de Dios, ya que él joven radicaba junto con ellos en Paraíso, Tabasco, y hace unos nueve meses le permitieron radicar con su abuela materna al municipio de Cacahoatán, un poblado fronterizo con Guatemala, ubicado a unos 25 kilómetros de esta ciudad.
“A los 15 años de edad mi hijo empezó a insistir que se quería ir vivir con su abuela, aprovechaba cada plática, cualquier instante para decirnos y así se mantuvo hasta que lo platiqué con mi esposo y decidimos darle esa oportunidad”, plática.
“Como padres consideramos que no era tiempo para despegarnos de él, siempre lo quisimos detener a nuestro lado hasta que llegó el momento y sentimos que lo perdimos, estábamos tan acostumbrados a estar unidos, dejar ir a un hijo es difícil, aunque sabía que venía a casa de su abuelita y ella lo ama, nos dejó con ese gran dolor en Tabasco”, señala mientras los ojos de Judith Karina se llenan de lágrimas.
Su abuela materna Marina Escobar Ramírez recuerda que el día 11 de octubre del 2017 llegó su nieto a vivir con ella y lo recibió con mucha alegría.
Acudió al Colegio de Bachilleres de Chiapas (COBACH) a inscribirse para terminar la preparatoria, pero ya no había cupo, así que fue en busca de trabajo en una tienda de autoservicio, que fue contratado de forma inmediata.
“Era un muchacho muy educado, no tenía vicios, quería salir adelante, quería demostrar a sus padres que podía hacerlo”, recuerda su abuela.
El pasado 14 de julio, la familia Robledo Mauricio llegó de vacaciones a Cacahoatán a visitar a su suegra como cada año, situación que puso muy feliz a su hijo.
“Estaba muy contento de ver a sus padres y hermanos, se veía feliz, le pedía a su papá que lo fuera a dejar y a traer al trabajo”, explica doña Marina.
“El día del accidente (27 de julio) mi hijo estaba contento por que recibiría el pago de su quincena; se fue a las 8:00 de la mañana a trabajar, y cuando regresó a las tres de la tarde sacó dinero de su cartera y le dio el gasto a su abuela, eso fue muy emotivo y también me dijo mamá que bien se siente ganar tu dinero, siempre quisimos que aprendiera eso; que fuera un hombre honrado, trabajador, responsable, respetuoso, educado, que cuidara su trabajo, siempre se lo repetíamos”, señala entre lágrimas Judith Karina.
A las 22:30 horas aproximadamente, Diego Jacob sufrió un accidente en moto y fue trasladado al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de esta ciudad, con traumatismo craneoencefálico severo.
-¿En qué momento deciden hacer la donación de los órganos de sus hijo?
-Muy temeroso de hacerlo, antes de que llegara el momento en que nos dijeras que ya no podía hacerse más por él, dejamos que un segundo médico neurocirujano diera otra opinión, al conocer el segundo diagnóstico hicimos la pregunta que nos costó mucho hacerla, en qué momento era indicado avisar que pretendíamos donar los órganos de mi hijo y la respuesta fue ya.