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CIUDAD DE MÉXICO, 18 de julio de 2023.- Para los migrantes irregulares, es prácticamente imposible acceder a una vivienda en Estados Unidos.
Especialmente los hispanos, enfrentan diversas problemáticas: dificultades para que les alquilen, rentas excesivas y la imposibilidad de adquirir un crédito en los bancos por el alto riesgo de que sean deportados, afirmó la investigadora del Departamento de Geografía Económica del Instituto de Geografía (IGg) de la UNAM, Ana Melisa Pardo Montaño.
“Casi siempre, cuando llegan al país de destino, se hospedan con algún familiar o amigo en el lugar de destino de manera provisional. Más adelante, cuando logran independizarse, intentan rentar pero es complicado porque no tienen documentos y no cualquiera les quiere alquilar una vivienda”, dijo.
Esta situación genera que piensen en comprar una casa, planteó.
Detalló que las instituciones crediticias básicamente a la población hispana le cobran mayores intereses cuando solicita un préstamo, y por lo regular les rechazan las solicitudes. Ellos sufren todas estas desigualdades.
La doctora en Geografía y maestra en Población y Desarrollo explicó que, cuando lo logran, los costos iniciales son mucho más altos que para cualquier otro grupo poblacional en EUA: les piden pagar documentación que no les solicitan a los demás y les cobran más intereses.
“Así los bancos en poco tiempo recuperan el dinero”.
No obstante al realizar el trámite para adquirir vivienda, los migrantes irregulares pocas veces corren un riesgo real de deportación.
Pagan impuestos; se registran ante el equivalente a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de México, y con esos pagos están inscritos y el gobierno tiene información sobre ellos.
Acceso a salud y educación, otro conflicto
Pardo Montaño apuntó que lo relativo a derechos está separado de los deberes y las cuestiones económicas. “Para que el migrante tenga acceso a salud y educación es todo un problema, pero cuando se trata de pagar impuestos hay muchas formas en que pueden hacerlo”.
La universitaria dijo que para que el banco preste dinero a fin de adquirir una vivienda hay que tener historial crediticio.
Revisan si pagan impuestos y si tienen acceso a cierto tipo de compras. Es una cuestión ambigua, porque cuando se trata de derechos, aunque seas irregular, estás beneficiando económicamente al país de destino. Me parece que es uno de los temas más incongruentes de la migración”, afirmó.
Adquirir una vivienda significa para los migrantes planear a largo plazo, establecerse en el sitio de destino y pensar de manera familiar, en conjunto. “Pero cuando la familia está en el país de origen comienzan a disminuir las remesas y se redistribuyen”.
Si la familia está en EUA a veces se comparte la deuda, si varios integrantes trabajan.
Es una responsabilidad muy grande y transforma las dinámicas al interior de los hogares, porque hay ciertas cosas que ya no pueden hacer por pagar”, enfatizó.
En materia económica, indicó, se altera la cotidianeidad del núcleo familiar en una financiarización de la vida.
Es decir, la economía lo transforma de manera importante al adquirir deudas no solo para vivienda, sino también para autos y el nivel de vida de la Unión Americana.
Interesada en cómo cambian los países de origen y de destino con la migración, Pardo Montaño sostuvo que después de un tiempo de estancia en otra nación las dinámicas culturales también comienzan a modificarse.
Por ejemplo, en un estudio que realizó entre una población de Morelos, México, y otra de Minnesota, EUA, encontró que en el sitio estadounidense hay una calle que parece mexicana, con paredes de negocios pintadas como si fuera un México nostálgico donde se habla español.
En contraparte, en el sitio morelense hay establecimientos de comida rápida que antes no existían y un estilo de vida que comienza a parecerse al estadounidense, finalizó.
La nota original en Quadratín México