Gobierno de México presenta la Plataforma, Receta Completa, del IMSS
MORELIA, Mich., 24 de junio de 2020.- La llegada de un nuevo talento siempre generará un efecto comparativo, y Lionel Messi, quien este miércoles cumple 33 años, no se salva de ello.
Prácticamente durante su carrera deportiva, o al menos desde que todos se dieron cuenta de la eminencia que representa para el fútbol, la sombra gorda, adicta y de trasero caído, literalmente, de quien fuera otro grande, Diego Armando Maradona, le persigue.
¿Pero es justa la comparación? Es decir que, ¿si una persona de cierta nacionalidad roba, eso automáticamente convierte en hampona a toda una nación? Mientras Maradona tiene una larga lista de litigios judiciales en su haber, entre ellos demandas por paternidad, los hijos Messi, su adoración, desbordan ternura y se han hecho virales en sus redes sociales, a quienes siempre presume en su faceta de padre.
¿Escándalos? Para Maradona, un centenar, desde que en el Mundial de 1994 fuera suspendido 15 meses por la FIFA, luego de que se le detectaran sustancias estimulantes en un control antidopaje, y, en adelante, una vida entre su adicción a la cocaína, el alcohol, denuncias por violencia de género y acoso.
Hoy, mientras en un penoso video su imagen no puede ser más decadente, baila sin ritmo y casi pareciera estar inconsciente, se baja los pantalones sin pudor, y enseña al mundo en lo que se convirtió… Messi, lleno de vida y en plena flor de la existencia, suma 383 goles, 124 más que su compatriota.
También lo supera en goles con la selección (80, doce más que Maradona); y en su media goleadora de ligas, también es mejor.
No solo en el fútbol, sino en imagen y dignidad, Lionel se erige como un orgullo para Argentina, mientras Diego acumula acciones que le convierten, día a día, en la oveja negra del fútbol del país suramericano.