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Palenque, Chiapas a 28 de octubre de 2019.-El muro policíaco-militar que instaló el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en la Frontera Sur de México, no detiene el ingreso de decenas de migrantes centroamericanos, pero si los orilla a caminar por rutas como la de Tenosique en Tabasco y Palenque, Chiapas; donde son víctimas de secuestro, asaltos y extorsiones.
Desde Ciudad Hidalgo, localidad fronteriza con Guatemala, hasta el Istmo de Tehuantepec, casi 500 kilómetros; se ha desplegado a seis mil elementos de la Marina y Militar que conforman la Guardia Nacional (GN) Policía Federal (PF) y del Instituto Nacional de Migración (INM), cuyo objetivo es sellar la Frontera Sur al paso de migrantes para Estados Unidos.
En la ruta de Tenosique, Tabasco y Palenque, Chiapas; pese al reforzamiento militar y del INM no disminuye el ingreso de migrantes provenientes principalmente de Honduras, Guatemala y El Salvador, pero se incrementaron los casos de secuestros, de acuerdo a la denuncia del director de la organización Pueblos Sin Fronteras, Irineo Mújica Arrazate, quien realizó un recorrido por esa zona para documentar los abusos que se comenten en contra de esa población migrante.
El activista hizo un llamado al gobierno de Andrés Manuel López Obrador para que México no siga siendo el muro de Estados Unidos junto con Guatemala, Honduras y El Salvador.
Por su parte, la casa del migrante La 72, ubicada en Tenosique, Tabasco; Informó que del mes de julio a septiembre de este año, se ha reportado un incremento de secuestros, en algunos casos se ha pagado hasta seis mil dólares de rescate.
La casa del migrante La 72 ha presentado 36 denuncias por privación ilegal de la libertad ante la Fiscalía General del Estado (FGE).
Abundó que la incidencia delictiva se presenta en el ejido Guadalupe Victoria, a unos siete kilómetros de la entrada a la ciudad de Tenosique y el otro punto en las vías del tren, por el puente Boca del Cerro.
NO PUEDO QUEDARME EN MI PAÍS A ESPERAR A QUE LLEGUEN A MATARME
A pesar de la presencia migratoria-militar, diariamente se observa transitar por las vías del ferrocarril y caminos de extravío a decenas de migrantes, entre hombres, mujeres y niños.
Con mochilas al hombro, cargando botellas con agua, cartones para dormir donde les agarre la noche y un poco de comida; migrantes caminan bajo la lluvia o el sol unos 80 kilómetros de la frontera El Ceibo, Guatemala, a Tenosique, Tabasco.
Se adentran entre la maleza, por potreros y pantanos para no ser detenidos por efectivos de la Guardia Nacional y el Instituto Nacional de Migración que mantienen patrullajes y puntos de revisión en casetas, pero son presa del crimen organizado que los acecha.
Geovany, un migrante hondureño de 21 años de edad, dice que prefiere arriesgarse por estos caminos a quedarse a esperar que lo lleguen a matar pandilleros, que querían obligarlo a trabajar para ellos en actividades ilícitas.
El migrantes viaja con un grupo de jóvenes y una mujer con su hija adolescente, que conoció en el camino, quienes se han armado con palos y piedras para tratar de defenderse de los delincuentes.
Si tienen suerte abordarán el ferrocarril que los lleve a Palenque, a unos 60 kilómentros; pero también podrían ser detenidos por militares de la Guardia Nacional y el Instituto Nacional de migración que realizan operativos en el ferrocarril de carga.
UNOS 400 MIGRANTES ESPERAN SALIDA DE “LA BESTIA” EN PAKALNÁ, CHIAPAS
En la estación de ferrocarriles de la colonia Pakalná, ubicada a unos 10 kilómetros de la zona Arqueológica de Palenque; unos 400 migrantes esperan impacientes el paso del tren proveniente de la península de Yucatán para abordarlo.
Se encuentran distribuidos en las inmediaciones de los patios de maniobras del ferrocarril, hasta donde llegan patrullas de la policía municipal de esta localidad, cuna de la civilización Maya para resguardar el orden.
Cerca de un vagón del ferrocarril está Jorge, de siete años de edad, junto a su madre María Francista; quien se vio obligada a abandonar su natal Francisco Morazán, Honduras; debido a las amenazas de muerte de parte de pandilleros.
Recuerda que salió con tres mil lempiras (unos mil 500 pesos) que juntó haciendo limpieza en casas, que invirtió en pasaje.
“Mi idea es llegar a Nueva York, allá tengo un amigo que me ayudará”, platica la mujer, mientras el pequeño sube al vagón seguido de su madre.
El albergue para migrantes Casa del Caminante Jtatic Samuel Ruiz García, ubicado en esta ciudad, el cual es atendido por la religiosa Pascuala Chávez Medina, de la orden de San Vicente Paul; explica que durante los meses de mayo, junio y julio del presente año, se ha incrementado el índice de secuestro, extorsiones y asaltos a migrantes que buscan llegar a Estados Unidos.
Recuerda que uno de los testimonios de migrantes secuestrados, es que fueron torturados quemándolos con colillas de cigarros en todo el cuerpo, además de ponerlos en agujeros de hormigas para que fueran picados.
La casa del migrante recibe un promedio de 300 extranjeros diarios, quienes llegan lastimados con ampollas en los pies por la caminata.
En el 2018, en esa casa del migrante atendieron a un total de 2 mil 405 extranjeros provenientes de Centroamérica y en lo que va de este año a mil 842; de los cuales el 85 por ciento son de Honduras, cinco por ciento de El Salvador y el resto de Guatemala y Nicaragua.
Mientras que el 65 por ciento son hombres, 35 por ciento mujeres, 30 por ciento familias y el cinco por ciento menores no acompañados. La religiosa, dijo que además de brindarles alojamiento y comida, lo único que pueden hacer es orar por ello para que Dios los proteja y acompañe en ese duro camino.