Morelia, Mich., 24 de diciembre.-Escuché decir a un integrante de la dirigencia nacional del PRI que en política no hay enemigo pequeño, al referirse del porqué atacan con todo al dirigente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, si se considera que va en tercer lugar en la preferencia electoral para 2018.
El representante del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ante el Instituto Nacional Electoral (INE), Horacio Duarte Olivares, informó que “presentará una queja ante el citado organismo, a fin de solicitar medidas cautelares por diversos espectaculares colocados en el Estado de México, contra el presidente del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador y su familia”.
En los recorridos por todo el país, Obrador ha repetido que no entiende del porqué de los ataques en su contra, sino representa ningún peligro. Pero después de lo de Trump, ya nadie cree en las encuestas, porque se suponía que Hilary llevaba una ventaja, mínima pero la llevaba, y fue arrasada; y sin ir tan lejos (literalmente), en los comicios anteriores le dieron una zapateada al PRI, que ya no sitió lo duro sino lo tupido.
No hay que olvidar que el PRI perdió 7 de las 12 gubernaturas en juego y, entre esas, entregó a la oposición cuatro estados que históricamente había gobernado: Durango, Quintana Roo, Veracruz y Tamaulipas.
Hay preocupación en las filas del partido tricolor, más allá de que haya resucitado Obrador, sino porque el gobierno de Enrique Peña Nieto en términos general ha fracasado, y no se ve una pronta recuperación, por el contrario. En lo que sí tienen razón los priista, aunque el tabasqueño ganara la elección, como se supone ya lo ha logrado, nunca será presidente mientras del otro lado lo vean como un peligro, no para México, pero sí para los intereses estadunidenses.