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Morelia, Mich., 17 de noviembre de 2017.- No hay prácticamente ningún ámbito de la vida social que no sea impactado por cuestiones políticas, y las universidades públicas desde luego no son la excepción; el pleito entre un rector y un gobernador, puede poner en jaque a toda una entidad.
El hecho de que el rector de la universidad pública más importante de una entidad no pertenezca a las mismas filas políticas que el mandatario estatal puede generar severas implicaciones, que terminen por afectar a una institución de educación superior.
Así, puede ser que existan batallas desde simples hasta campales entre el Ejecutivo de una entidad y un representante universitario, que terminan en verdaderos conflictos sociales.
Por una parte, una institución educativa con situación financiera precaria, incluso grave, que reclama que el gobierno de su estado no ha cumplido con sus obligaciones económicas con la universidad.
Y por otro lado, un gobierno que se queja de la falta de transparencia e incluso de desvíos de recursos por parte de la institución, que acaba en los tribunales de justicia, mientras los afectados como siempre resultan ser los estudiantes y demás sectores universitarios.
Me estoy refiriendo por supuesto al pleito entre el gobernador de Morelos, Graco Ramírez y el rector de la Universidad Autónoma del estado de Morelos, Alejandro Vera Jiménez; este último incluso con una orden de aprehensión, acusado de un desvío de mil 800 millones de pesos del presupuesto de la casa de estudios en 2014, y quien a su vez acusa al mandatario de tratar de fabricarle delitos por asuntos políticos más que administrativos. Triste situación para los