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TLAXCALA, Tlax., 10 de diciembre de 2019.-La Secretaría de Cultura y el INBAL rechazan los actos de violencia e intolerancia que protagonizaron integrantes de la UNTA, en el Palacio de Bellas Artes.
La Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) condenan cualquiera acto de violencia que vulnere los derechos humanos, las libertades de expresión y la creación porque ellas constituyen la forma más profunda de nuestra democracia.
Ante los hechos suscitados este martes por un grupo de personas que se manifestaron al interior del Palacio de Bellas Artes a nombre de la Unión Nacional de Trabajadores (UNTA), a exigir que se retirirara y se “quemara” una de las obras que forma parte de la exposición “Emiliano Zapata después de Zapata”, expresamos:
La violencia e intolerancia nunca tendrán cabida dentro de las instituciones que defienden las libertades ganadas por toda la sociedad mexicana.
Rechazamos cualquier tipo de violencia que afecte los derechos humanos. No compartimos la censura como mecanismo de regulación de una sociedad que reclama libertad de expresión y madurez en el diálogo.
Bienvenida la discrepancia y el debate estético y político, a propósito de una obra que ha cimbrado el umbral del debate entre femenidad y masculinidad. Pero no aceptamos la censura y la violencia como armas de presión política y artística.
Uno de los propósitos del arte es invitar a reflexionar sobre las problemáticas, los anhelos y las divergencias que habitan en una sociedad que lucha por ser mejor, en la diversidad, en el respeto a los derechos humanos y la libertad creativa, en los derechos de las personas que asumen en su diversidad una parte de su identidad.
Lamentamos las agresiones que sufrieron dos jóvenes en manos de personas que expresaron insultos basados en la homofobia y la intolerancia.
El INBAL le procuró la atención médica necesaria y el acompañamiento legal correspondiente. Rechazamos también las agresiones que sufrieron también representantes de los medios de comunicación.
La Secretaría de Cultura y el INBAL, a través del Museo del Palacio de Bellas Artes (MPBA), respetan el sentir y la opinión del señor Jorge Zapata y de todas las personas que puedan compartir su punto de vista. El arte tiene siempre múltiples interpretaciones y maneras de ser asumido.
Así también, respetamos el criterio de quienes han encontrado en la pieza La Revolución, del artista chiapaneco Fabián Cháirez, una oportunidad para reflexionar sobre la diversidad y la relación entre feminidad y masculinidad que propone el autor, considerando el espíritu libertario de Zapata. Es derecho del visitante asumir la postura que le sea propia, pero es también su derecho acceder a dicha diversidad.
La muestra no gira en torno a una sola pieza, ni a un solo enfoque, reúne por primera vez la producción de cien años de imágenes zapatistas. Se incluyen objetos históricos de Zapata, como el sombrero que portaba el día de su muerte o la famosa fotografía con traje de charro de 1911.
Entre los artistas destacados de la exposición se cuentan Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, María Izquierdo, Miguel Covarrubias, Leopoldo Méndez, Luis Arenal, Arnold Belkin, Alberto Gironella, Héctor García, Felipe Ehrenberg, Graciela Iturbide, Julio Galán, Germán Venegas, Rubén Ortiz Torres, Mariana Botey y Arnaldo Coen.
La exposición se estructura en torno a cuatro secciones que muestran la evolución iconográfica de la imagen zapatista: 1) Líder campesino 2) Fabricación del héroe de la nación 3) Imágenes migrantes, y 4) Otras revoluciones.
El primer núcleo estudia la manera en que se conformó la imagen de Zapata a principios del siglo XX por medio de la caricatura política y la fotografía; la segunda sección muestra el papel que desempeñaron los Grandes Muralistas para conformar la imagen del líder revolucionario que pervive hasta nuestros días; la tercera sección se enfoca en las apropiaciones de la imagen de Zapata por parte de la comunidad chicana en Estados Unidos; finalmente, la sección titulada “Otras revoluciones” explora la manera en que diversos movimientos –la gesta estudiantil de 1968, los movimientos de Rubén Jaramillo, Lucio Cabañas, Genaro Vázquez, el EZLN, y más recientemente la población LGBT+ y el movimiento feminista– han adoptado la imagen de Zapata para abanderar sus causas.
Luis Vargas Santiago, creador del concepto curatorial, Doctor en Historia del Arte e Investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas, ubica la obra titulada La Revolución, de Fabián Cháirez.
La obra retoma a un personaje revolucionario en tanto referente de masculinidad con la finalidad de subvertir modelos hegemónicos de género y revalorar la feminidad.
De esta manera, se muestra la vigencia de Zapata en tanto símbolo de resistencia y referente para la visibilización de diversos grupos que protagonizan las luchas sociales contemporáneas. Zapata es un héroe a la altura del arte y por eso acompaña los movimientos libertarios de la sociedad mexicana.
A Zapata le debemos no solo la defensa de la tierra y de los derechos de los campesinos mexicanos, sino también haber inspirado a una gran diversidad de artistas que retoman el sentido libertario de su legado y lo llevan a múltiples planos.
Zapata y su legado, así como también nuestra historia, son patrimonio de todo el pueblo de México, un pueblo generoso que sabe que la libertad y la no rendición fueron sus banderas más importantes.
La Secretaría de Cultura y el INBAL apoyan la postura del Museo del Palacio de Bellas Artes. El MPBA se ha caracterizado por fomentar la libertad y la pluralidad por medio de la difusión del arte.
Este gobierno mantiene una postura de respeto irrestricto a la libertad creativa y de expresión, así como al trabajo calificado de artistas y curadores que trazan itinerarios de miradas múltiples en torno a nuestra historia y nuestro arte.
Respetamos los procesos creativos de la comunidad artística y las diversas expresiones en una sociedad plural y democrática que se fortalece a través del diálogo.
El Palacio de Bellas Artes (Palacio de Bellas Artes) es el espacio donde se debate la relación arte y política, donde hoy se ha protegido la libertad de creación.