La lucha sigue/Artículo de Emilio Ulloa
Termina el sexenio y se van impunes los responsables de la muerte de casi 80 periodistas mexicanos, en sólo seis años.
Se acaba la gestión de López Obrador y nada sabemos del crimen contra periodistas y menos sobre el atentado contra Ciro Gómez Leyva.
Y, al final del sexenio, también se confirma –como aquí lo dijimos en su momento–, que nada sabríamos del intento criminal contra Gómez Leyva, ya que, habría sido un “atentado de Estado”.
Y es que nada hicieron por aclarar el crimen, ni el presidente saliente, López Obrador y menos la entrante espuria, Claudia Sheinbaum. Es decir que no les importó hacer justicia y menos castigar a los responsables.
En pocas palabras, resulta que el señor Andrés y la señora Claudia siempre apostaron por la impunidad de los intocables mata periodistas.
Y la impunidad llegó a tal extremo que el propio Ciro Gómez Leyva dejó la duda al aire, en días pasados, cuando el periodista le respondió al presidente por sus ataques frecuentes.
Así lo dijo Gómez Leyva: “Supongo que dijo con ironía eso de mi amigo Ciro… Porque a un amigo no se le insulta como me ha insultado durante seis años y yo nunca, nunca, nunca lo he insultado…
“He señalado contradicciones, como decir que me parece increíble que usted diga, en la plaza publica, que los servicios de salud son mejores que los de Dinamarca. Pero nunca lo insulte y usted me insultó durante seis años.
“¿Eso se le hace a un amigo? ¿A un amigo no se le persigue como me persiguieron ustedes, con amenazas de por medio; fiscalmente…? ¿Esto se le hace a un amigo; pues qué tipo de amistad es esa?
“Y termina su sexenio y yo me voy con la duda porque sigo sin saber quien fue y me voy con la duda y se la dejo como pregunta: ¿A un amigo se le dispara a la cabeza para matarlo… qué idea tiene de la amistad presidente” (FIN DE LA CITA)
Así de claro fue Gómez Leyva.
Sin embargo, tampoco es novedad que llegaríamos al fin del sexenio sin conocer la identidad de los criminales que atentaron contra el periodista.
Y es que horas después del atentado, en la columna Al Tiempo, del 17 de diciembre del 2022 –que por años se difundió el diario digital “Contrapeso Ciudadano”–, titulada: “¿Por qué matar periodistas; quién y para qué?”, señalé que no se resolvería nada sobre el atentado a Gómez Leyva.
Así lo dije: “¿Por qué en México son asesinados el mayor número de periodistas, en el mundo? La respuesta es elemental; porque en México los “mataperiodistas” son impune al delito de quitar la vida a los informadores.
“Porque en México nadie investiga el asesinato de un periodista y porque a nadie, en el Estado mexicano, le importa castigar a los responsables intelectuales de la muerte de un periodista.
“Y es que los verdaderos periodistas; los críticos y aquellos que indagan, denuncian y cuestionan las transas y los fracasos de la gestión de López Obrador, son vistos como un estorbo por el mismísimo presidente quien, a diario los difama, calumnia, estigmatiza y señala.
“Sí, desde Palacio, Obrador alienta el crimen de periodistas, mientras que su gobierno nada hace para aclarar tales crímenes. De esa manera se cierra el círculo perfecto de “la causa y el efecto”.
“Pero volvamos a preguntar ¿Quién ordena matar a un periodista?
“Primero debemos saber que los periodistas que hacen noticia y opinión son igual de incómodos para políticos, empresarios, gobernantes y jefes mafiosos que ven en el trabajo periodístico un peligro para la “estabilidad” de sus negocios, sucios; sus transas, cochupos y raterías.
“Por eso, no se debe descartar que detrás del crimen de periodistas estén políticos, legisladores, empresarios, gobernantes y jefes mafiosos.
“¿Y para qué matar a un periodista mexicano?
“Como está claro, el asesinato de un periodista o de un opositor es un acto no sólo reprobable sino propio de una sociedad atrapada por la barbarie. Es una atrocidad propia del fracaso democrático y de una espiral de violencia e ingobernabilidad. Sin embargo, detrás del atentado contra el periodista es posible encontrar más de una motivación.
“Por ejemplo, resulta evidente que los autores intelectuales del ataque contra Gómez Leyva –quienes pagaron para matarlo–, pretendían callar a un periodista incómodo para el poder presidencial.
“Y es que todo confirma que se trató de un ataque directo; ordenado, diseñado y ejecutado por profesionales para matar. Por eso volvemos al principio.
“No sabemos quién intentó matar a Ciro, pero si sabemos que no se descarta ninguna hipótesis, incluso la de un crimen de Estado, ordenado por el propio López Obrador”. (Fin de la cita)
Volví al tema un día después, en el Itinerario Político del 18 de diciembre de 2018, titulado: “¿A quien le sirve un periodista muerto?”.
Así lo expuse: “El periodismo, en general, pero en especial los géneros de noticia, reportaje y opinión, no sólo son la expresión más clara de los anticuerpos sociales capaces de exhibir frente al ojo público todas las enfermedades sociales sino que, al mismo tiempo, son una amenaza para aquellos que se benefician de una sociedad enferma.
“Nos referimos a enfermedades sociales como la corrupción, la ineficacia oficial, los abusos del poder, la transa, el “cochupo” y, sobre todo, la violencia y el crimen organizado.
“Pero el problema es aún mayor cuando el gobierno mexicano de hoy, el de López Obrador, mantiene una clara alianza con grupos criminales a los que brinda impunidad total; grupos que alientan la tendencia de mataperiodistas.
“Pero la verdadera paradoja del “mataperiodistas” tiene su origen precisamente en el poder presidencial; viene del propio gobierno y del presidente mismo. ¿Por qué?
“Porque todos los días, de forma machacona, ofensiva, calumniosa y difamatoria, el presidente Obrador apunta su dedo flamígero sobre tal o cual periodista crítico; sobre tal o cual empresa mediática y sobre tal o cual trabajo de investigación que exhibe los intríngulis de su gobierno fallido; que señala a los ladrones en el poder y muestran ante el ojo público la impostura llamada Cuarta Transformación”. (Fin de la cita)
Al final de cuentas el gobierno de López Obrador fue el reino de la impunidad y la complicidad; impunidad y complicidad que solapa 200 mil muertes violentas, que provocó 150 mil desaparecidos en México y que ha provocado la muerte de casi 80 periodistas en el sexenio. Claro, además del atentado contra Círo Gómez Leyva.
Es decir, vivimos el fracaso del Estado y la rendición de la plaza frente a las bandas criminales. Al tiempo.