Poder y dinero/Víctor Sánchez Baños
761 mil 774 mexicanas y mexicanos votaron porque no se construyera el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco. Es decir, 0.85% del total de las y los ciudadanos empadronados. Ni siquiera el uno por ciento del electorado. Al haber optado por la Base Aérea de Santa Lucía, los 761 mil 774 que votaron por dicha alternativa, seguramente desconocen las implicaciones ecológicas que ello impondrá.
Patricia Ramírez Bastida, bióloga especialista de la UNAM, advierte que además de que se tendrán que expropiar terrenos de cultivo, “… peligran 114 especies endémicas migratorias… garzas, patos, zambullidores, rapaces, gaviotas y gallaretas… su cercanía con la laguna de Zumpango podría en riesgo las operaciones aéreas por la gran cantidad de aves… ha registrado más de 260 mil ejemplares que vuelan en la zona… La dinámica de aves en Zumpango es muy diferente a Texcoco. En este último lugar no hay muchas garzas, caso 90 por ciento son patos, si no los molestan son muy quietos… Contrario a Zumpango, donde tenemos una enorme cantidad de tordos, iris, garzas, que tienen su mayor movimiento al amanecer… En la tarde regresan por miles a descansar. Hay mayor movilidad… hay un riesgo extra: están Tultepec y Zumpango… cada vez que haya un festival de pirotecnia, un polvorín, vamos a tener miles aves volando en el espacio aéreo.” (La Jornada. 22.10.18)
Raúl Arriaga, biólogo también de la UNAM y doctor en Derecho Ambiental, “aseguró que si se traslada en NAIM a cualquier otro sitio, además de repercutir económicamente, hay que empezar desde cero, ya que tardaría al menos un año realizar nuevos estudios, entre ellos los de impacto ambiental.” (ibid)
El primer resultado derivado de la cancelación de la obra del aeropuerto en Texcoco, a partir del próximo primero de diciembre, es que más de 15 mil trabajadores quedarán sin su empleo.
El presidente electo, López Obrador, tratando de darle más peso a su decisión de que siga operando el actual Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la ciudad de México y no seguir construyendo el de Texcoco, señaló: “Detrás del proyecto de la terminal aérea de Texcoco había la intención de inversionistas de apoderarse de los terrenos del actual aeropuerto… para convertirlo en un desarrollo similar al de Santa Fé…” (La Jornada. 31.10.18)
Estamos aquí frente a una de sus clásicas respuestas polilogistas, en tanto tal pretensión, si fuera negativa para la ciudad de México, el presidente electo puede evitarlo, más tratándose de un bien público y aquí si, en su momento, podría haber convocado a una consulta pública, si fuera el caso, en tanto no es un tema técnico, y hubiera tenido el apoyo de más de 30 millones de mexicanas y mexicanos. Aquí si estaríamos frente a una decisión de la mayoría de las y los electores. Fácil señor presidente electo.
Aquí el tema de fondo, no es el aeropuerto de Texcoco, en sí. El tema de fondo es si grupos minoritarios, lograrán imponer sus intereses, por sobre los intereses y necesidades del país.
En el caso del aeropuerto de Texcoco, siempre hubo oposición a su construcción, por grupos de interés de Texcoco y del Estado de México, patrocinados por inversionistas (no empresarios) y políticos, con intereses muy firmes en mantener el status quo, es decir, mantener en operación el actual Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la ciudad de México, donde tienen negocios altamente lucrativos, pues operan de manera monopólica.
En el caso de la reforma educativa, a ella siempre se opuso un núcleo supuestamente radical de maestros, liderados por quienes encabezan la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). ¿Cuántos pueden ser? ¿Son la mayoría de maestros? Al final del día, constituyen también una minoría movida por líderes que pretenden recuperar el manejo nada transparente de las plazas magisteriales y demás privilegios de los que han gozado por décadas.
El tema de fondo es también, ¿qué garantías hay y habrá en México para iniciar y desarrollar empresas?
Las y los mexicanos, tienen necesidad, requieren un empleo. Éste solo puede ser generado por empresas, luego entonces, México necesita fomentar el nacimiento y el desarrollo de más y mejores empresas, pero éstas requieren de un mínimo de seguridad o de garantías a la propiedad. Es decir, a la inversión, ya realizada y a la inversión por realizar. En este punto agregaría: espero que la nueva reforma educativa o el nuevo acuerdo educativo, impulse el desarrollo de emprendedores, pues es vital para el país, que haya más empresarias y empresarios mexicanos. Hablar de emprendedores, es hablar también de investigadores, creadores e innovadores.