Día Mundial del Arte: Un homenaje a la creatividad y la expresión
Las narraciones, aunque poco difundidas (mas bien censuradas) primero por el régimen colonial y luego por el clero, abundan. A ellas se refieren Bartolomé de las Casas, Francisco Cervantes de Salazar, Diego López de Cogolludo, fray Diego de Landa y, aunque plagada de imprecisiones, La Verdadera Historia.. .. de Bernal Díaz del Castillo, hacen todas referencia a Gonzalo Guerrero. Carlos Fuentes en El Naranjo nos narra presencia y obra de Gonzalo Guerrero en tierras yucatecas. Y la más minuciosamente documentada historia de la conquista de México, (Hernán Cortés) escrita por el gran investigador José Luis Martínez, le dedica un capítulo completo.
Aunque nació en el puerto de Palos de Moguer (de donde zarpó Colón en 1492) fue más soldado que marino y participó como arcabucero en la conquista de Granada, con la cual se puso fin a siete siglos de poder islámico en la península ibérica. Participó luego en batallas mediterráneas cerca de Nápoles y en 1510 marcha hacia el nuevo mundo en un grupo comandado por Diego de Nicuesa y un año después, durante un viaje entre el Darién y la isla Fernandina, la nave que lo conducía encalló y sus ocupantes perecieron ahogados, sobrevivieron sólo 18 hombres y dos mujeres que, al llegar a la costa de lo que hoy es Yucatán fueron atacados por los Tutul xiúes en una desigual batalla en la que sólo sobrevivieron Gonzalo Guerrero y un subdiácono franciscano natural de Écija (en Sevilla): Gerónimo de Aguilar.
Ambos permanecieron como esclavos de los Tutul xiúes pero mientras Gerónimo de Aguilar se mantuvo fiel a su cultura y religión, Gonzalo Guerrero se fue aculturando, aprendió las costumbres de sus captores, enseñó a los soldados diferentes formas de ataque y defensa tipo europeo, formaciones de cuadros y columnas, los relevos en las líneas para alternar combate y descanso. Además formó una falange macedónica para derrotar a los Cocomes (enemigos de los Tutul xiúes) con lo cual logró un gran prestigio y grado militar.
Se dejó tatuar y hacer mutilaciones propias de su rango y se casa con la princesa Za azil ha (también llamada Ix chel can), hija del sabio jefe de la tribu Na Chan Can y con ella procreó tres hijos.
En 1519 desembarca en Cozumel la expedición comandada por Hernán Cortés quien, al enterarse de que había dos españoles en aquellas tierras envía a buscarlos. Aguilar aceptó en tanto que Guerrero prefirió quedarse con los mayas.
Gerónimo de Aguilar se incorpora a la expedición de los españoles y es. en verdad, un prodigioso regalo para Hernán Cortés pues dominando la lengua de los mayas, sirve de intérprete al conquistador durante sus incursiones y tratos con los naturales en Yucatán, en lo que hoy es Tabasco y luego en Coatzacoalcos.
Como intérprete desembarca en la Villa Rica de la Vera Cruz y allí comienza su historia a complicarse pues en esa zona no se habla el maya sino el náhuatl, lengua que Aguilar desconoce. Aquí se entrelaza otro hecho con el que nadie contaba. A su paso por Tabasco, Hernán Cortés había recibido como obsequio del cacique local, a un grupo de muchachas que distribuyó entre sus capitanes. Una de ellas, de nombre Malinali, y originaria del sur de Veracruz, le fue asignada a Alonso Portocarrero.
Días después de que el conquistador fundó el primer ayuntamiento de América y se proclamó alcalde y justicia mayor fueron recibidos los obsequios que enviaba el emperador Moctezuma, consistentes en maíz, frutas, carne de venado y un grupo de mujeres que se encargaron de la preparación del nixtamal y la elaboración de tortillas. Uno de los soldados observó que Malinali conversaba con dichas mujeres y hablaba y entendía la lengua de éstas de lo cual informó a Cortés.
Cortés tomó a Malinali (los españoles en su rudimentaria manera de interpretar la lengua local la llamaron Malinche que luego fue bautizada como Marina) para sí y entre ella, Cortés y Gerónimo de Aguilar practicaron un singular sistema traductor: Hernán Cortés hacía una pregunta en español a determinado cacique; Aguilar la traducía al maya; La Malinche la traducía del maya al náhuatl y esperaba la respuesta en nahuatl del cacique, la cual traducía al maya, misma que Aguilar traducía al español para que Cortés la recibiera.
Tan ingenioso como complicado, pero efectivo era el tal sistema que mediante él los españoles fueron enterándose de todo lo que ocurría en los pueblos de la costa del Golfo, del gran reino que gobernaba Moctezuma en el Anahuac y de la gran riqueza que guardaba.
Pero Gerónimo de Aguilar no contaba además, con que Malinali ó Malinche ahora amante de Hernán Cortés, muy pronto aprendió el habla castellana de manera que los servicios de Gerónimo de Aguilar en la cadena traductora a través de La Malinche, acabaran resultando inútiles y por tanto poco a poco, cada vez menos requeridos. Allí comenzó su declive, y aunque permaneció con los conquistadores y por sus servicios recibió en encomienda los pueblos de Molango, Xochicoatlán y Malilla; tuvo una hija natural, Luisa de Aguilar con una india de Tlaxcala llamada Elvira y murió en 1531 cerca del río Pánuco. Los pueblos que le habían sido dados fueron retomados por la corona.
Gonzalo Guerrero permaneció con su bella esposa e hijos con los Tutul xiúes, combatió a su lado contra las expediciones de Francisco Hernández de Córdoba, de Juan de Grijalva y de Cortés. Y cuando en mayo de 1527 Francisco de Montejo cruzó el Atlántico con 380 soldados en cuatro navíos halló serias dificultades para conquistar Yucatán. Guerrero siguió encabezando por años, la resistencia de los naturales en contra de los españoles y finalmente murió en combate en 1536 cuando se enfrentaba a las tropas de Lorenzo de Godoy. Una flecha de ballesta se clavó justo en su ombligo y le atravesó hasta el costado donde fue herido de muerte por un disparo de arcabuz.
Durante la noche algunos de sus hombres rescataron su cuerpo, que había quedado en campo enemigo y como homenaje póstumo, lo lanzaron al río Ulúa para que la corriente lo llevara hasta el océano de donde había venido.
Gonzalo Guerrero fue durante siglos, personaje aborrecido por los españoles, tanto por combatirlos como por abandonar la fe católica. No fue sino hasta consumada la independencia, que muchos mexicanos pudieron conocer el papel de quien simbolizó la lucha contra la potencia colonial e imperialista.
Una laguna cerca de la de Bakalar, en Quintana Roo lleva por nombre Laguna Guerrero; ese gran y bellísimo boulevard en Mérida El Paseo Montejo, remata en una glorieta con un monumento obra del escultor Raúl Ayala, a Gonzalo Guerrero, héroe indiscutible para los habitantes de la región; en el Museo de la Cultura Maya figura Gonzalo Guerrero en la sección La Cuna del Mestizaje. Y para que los escolares de Quintana Roo lo tengan siempre presente, el himno de ese estado remata así: “ .. esta tierra que mira al oriente/ cuna fue del primer mestizaje/ que nació del amor sin ultraje/ de Gonzalo Guerrero y Za azil.”
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